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lunes, 29 de junio de 2009

Artículo: "El Golpe de Estado en Honduras. Una Aproximación Crítica." 29-6-2009.

¡ABAJO EL GOLPE DE ESTADO EN HONDURAS! ¡POR EL ORDEN DEMOCRATICO Y CONSTITUCIONAL! ¡VIVA LA LUCHA DEL PUEBLO HONDUREÑO!


José Manuel Zelaya Rosales. Presidente Constitucional de la República de Honduras 2006-2010.

Artículo: "El Golpe de Estado en Honduras. Una Aproximación Crítica." 29-6-2009.

Por: Samuel Prado Franco.
Lic. en Filosofía, Ética y Valores.
Especialista en Docencia Superior.
Becario de la Maestría en Ciencias Sociales
con Énfasis en Sociología y Ciencia Política
Programa SENACYT-UDELAS.
Contacto: samuelpradof@gmail.com

El 28 de junio de 2009 el Presidente Constitucional de Honduras Sr. José Manuel Zelaya Rosales fue detenido y expulsado del país a Costa Rica por soldados del Ejército de Honduras. Con esta acción se dio de hecho la ruptura del orden constitucional y democrático. El Presidente del Congreso Nacional y miembro igual que el Sr. Presidente Zelaya del Partido Liberal, Sr. Roberto Micheletti Bain presenta ante los congresistas una breve nota firmada supuestamente por el Sr. Presidente Zelaya afirmando que por razones de salud dejaba su cargo. El Congreso Nacional escoge al Sr. Micheletti como Presidente Interino (de Facto) de Honduras. El antecedente y argumento del hecho de la detención y la expulsión del país del Sr. Presidente Zelaya por parte de los golpistas fue que este domingo se realizaría una encuesta para saber la opinión de los hondureños si querían o no una cuarta urna para decidir en las elecciones en noviembre de este año si querían o no una constituyente para luego de aprobada introducir la figura de la reelección y así de esa manera poder reelegirse indefinidamente emulando, según los golpistas al Sr. Presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela Hugo Chávez Frías aliado del gobierno legitimo del Sr. Presidente Zelaya. Desde la Elite Oligárquica, el Ejército, la Corte Suprema de Justicia la Procuraduría General de la Republica, el Tribunal Supremo Electoral, el Congreso Nacional, la Defensoria de los Derechos Humanos, los principales partidos políticos (Nacional, Liberal y PINU-SD) y las Iglesias Católicas y Evangélicas se opusieron a tal encuesta. Las destituciones por parte del Sr. Presidente Zelaya del Jefe del Estado Mayor Conjunto del Ejercito Hondureño General de División Romeo Vásquez Velásquez y el Secretario de Estado en el Despacho de la Defensa Nacional Dr. Ángel Edmundo Orellana crearon una enemistad y grandes diferencias entre el Ejército y el Ejecutivo.

Acusaron los contrarios y adversarios políticos, económicos y sociales al Sr. Presidente Zelaya y su gobierno de la compra de firmas y de haber forzado a funcionarios públicos a firmar la petición para la encuesta (mas de 400,000 firmas recogidas), de extralimitarse en sus funciones y violar la Constitución. En realidad ese domingo se realizaría una encuesta no vinculante para saber la opinión de los hondureños si querían o no una cuarta urna para decidir en las elecciones de noviembre de este año si querían o no una constituyente que en la actual Constitución no se contempla e iniciar una democratización en la vida institucional del país. Como puede reelegirse el Sr. Presidente Zelaya en el cargo inmediatamente si sigue vigente la actual Constitución de 1982 que se lo impide y esta modificación entraría a regir ya cuando su periodo presidencial habría concluido. He ahí la falsedad e inconsistencia en los argumentos de los golpistas y la intencionalidad de los mismos de querer confundir y engañar al pueblo hondureño y la comunidad internacional y justificar o disfrazar un Golpe de Estado, que no es un simple arresto como los golpistas le llaman.

Si el Sr. Presidente Zelaya ha violado la Constitución y la Ley que sea juzgado por los mecanismos y procedimientos establecidos. Lo que es inaceptable es detener y expulsar de su país a un Presidente Legitimo y escogido en las urnas, para instaurar un régimen de facto y establecer decretos o medidas que violan las libertades y derechos ciudadanos de libre expresión, reunión, asociación y movilización con toques de queda y persecuciones y represiones por parte de la policía y el ejercito. La comunidad internacional en pleno ha condenado enérgicamente el Golpe de Estado y ha exigido al gobierno de facto la restitución del Sr. Presidente Zelaya en su cargo. Diversos movimientos y organizaciones sociales y populares de la región y el mundo han condenado igualmente el golpe y se han solidarizado con las movilizaciones dentro de Honduras que luchan por el retorno a su puesto del Sr. Presidente Zelaya y el orden constitucional y democrático. Entre las organizaciones opuestas al golpe se encuentra: el Bloque Popular y la Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras C.U.T.H. miembro de la Plataforma Sindical Común Centroamericana P.S.C.C. de la cual es parte el Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales FRENADESO que al igual que el Partido Alternativa Popular P.A.P. han condenado el golpe y se han solidarizado con los movimientos y organizaciones sociales y populares hondureñas. La jerarquía católica a través de la Conferencia Episcopal y el Arzobispo de Tegucigalpa Sr. Oscar Rodríguez Madariaga en un pronunciamiento vergonzoso, lamentable y desafortunado en cadena nacional ha negado que haya sido un Golpe de Estado y que no haya habido muertos poniéndose del lado de los golpistas y pidiendo al Sr. Presidente Zelaya no volver a Honduras para evitar, según el de esa manera un baño de sangre.

La intransigencia de los golpistas encabezados por el Sr. Micheletti de no dejar aterrizar el avión donde viene el Sr. Presidente Zelaya, el Secretario General de la O.E.A. Sr. José Miguel Insulza y otros Presidentes de la región es la acción que si va a causar un baño de sangre, porque el pueblo hondureño esta haciendo uso de su legitimo derecho de defender su voto cuando optaron por el Sr. Zelaya en las elecciones y la policía y el ejercito golpista impiden de esa manera el retorno a la normalidad de la institucionalidad democrática. La persecución y la represión han sido fuertes y generalizadas. Han sido detenidos y llevados a paradero desconocido e incomunicados varios manifestantes y por temor de quedar en la misma situación varios manifestantes, colaboradores y funcionarios del gobierno legítimo han tenido que pasar a la clandestinidad. Varias emisoras de radio y televisoras han sido cerradas y allanadas por el ejército y han sido reprimidas las manifestaciones a favor del Sr. Presidente Zelaya y el orden constitucional y democrático en todo el país. En una manifestacion pacifica en espera del aterrizaje del avion en que venia el Sr. Presidente Zelaya en las cercanias del Aeropuerto Internacional Toncontin de Tegucigalpa fueron vil y cruelmente asesinados dos manifestantes por parte del Ejercito que abrio fuego indiscriminadamente y repetidas veces. Serian sumando estos dos manifestantes, cinco en total los asesinados hasta ahora en Honduras por parte del Ejercito. El retroceso en materia democrática no solo es para Honduras sino para toda la región centroamericana y americana es inmenso y profundo. La violación de los derechos humanos de los ciudadanos y la ruptura del orden constitucional y democrático en Honduras nos retrotraen al pasado autoritario en que los ejércitos y las elites políticas y económicas de nuestros países instauraban dictaduras sangrientas, represoras y brutales. Este golpe abre la posibilidad que en otros países de la región el ejército y las elites oligárquicas en alianza quieran hacer lo mismo en contra de gobiernos legítimos y elegidos democráticamente.

Pero en medio del golpe, han salido a las calles cientos y miles de hondureños con valentía y dignidad a manifestarse a favor de la democracia desafiando las tanquetas y los fusiles de los militares, las persecuciones y los arrestos. Frente a esta situación la solidaridad internacionalista, la denuncia y la difusión de la información de lo que realmente esta pasando frente al cerco mediático interno, es vital para aislar a un gobierno de facto, anti-democrático y militarista que ha roto con el orden constitucional y democrático. El paso que se debe dar en Honduras para iniciar el camino a la normalización es la vuelta del Sr. Presidente Zelaya a su puesto, la restauración de las libertades, derechos y garantías constitucionales, la sanción en contra de militares o civiles que hayan violado la Constitución, la Ley y los Derechos Humanos, mantener el calendario electoral vigente o sea la celebración de las elecciones en noviembre, celebrar un gran dialogo nacional participativo y pluralista de todos los hondureños para definir una hoja de ruta para iniciar profundos y radicales cambios en la vida política, económica, social e institucional del país, la democratización del país y presentar a los diputados elegidos en noviembre para el Congreso Nacional iniciativas de ley para la participación ciudadana y la introducción de la figura de la Constituyente en la Constitución del país.

El problema radica en que la elite oligárquica hondureña no permitirá que el orden de las cosas cambie. Un bipartidismo histórico, fuerte y poco incluyente (Partido Nacional y Liberal ambos de Centro Derecha) que han gobernado alternadamente durante décadas, debilidad y poca presencia en el Congreso Nacional del Partido de Innovación y Unidad Social Democrática PINU-SD (Centro-Izquierda) y décadas de exclusión, pobreza, miseria, represión y persecución son el panorama político y social de los movimientos y organizaciones populares, sindicales, campesinas, estudiantiles, profesionales y étnicas que deben afrontar para la construcción desde debajo de una real y concreta opción política, democrática y cívica con vocación de poder que cambie no solo las leyes o la Constitución, sino las estructuras económicas y sociales excluyentes y generadoras de pobreza y miseria que oprimen al pueblo hondureño. Una opción basada en los principios de justicia social, igualdad, fraternidad y libertad. Quiero terminar este articulo con estas palabras del Apóstol de Cuba y Nuestra América José Martí: “Un déspota (Elite oligárquica hondureña, Roberto Micheletti y los militares golpistas) no puede imponerse a un pueblo de trabajadores”. La República, Honduras, 12 de agosto de 1886.

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