Artículo: “El Marxismo-Leninismo: Ideología del Cambio Político y Social.” 12-8-2009.
Por: Samuel Prado Franco.
Lic. en Filosofía, Ética y Valores.
Especialista en Docencia Superior.
Investigador Político y Social.
Contacto: samuelpradof@gmail.com
Por: Samuel Prado Franco.
Lic. en Filosofía, Ética y Valores.
Especialista en Docencia Superior.
Investigador Político y Social.
Contacto: samuelpradof@gmail.com
¡En Tributo y Honor al Partido Comunista de Panama Fundado en 1930!
“Para los pueblos convulsos de América que viven bajo el signo del terror, el hambre, la miseria, la ignorancia y la proscripción social, un cambio es urgente, es una necesidad de vida o muerte.” Floyd Britton. (1937-1969). Dirigente Popular y Social.
Con estas palabras del compañero Floyd Britton deseo empezar este artículo que nos señala una realidad histórica vigente y que históricamente el movimiento estudiantil, popular y social ha denunciado y combatido. Pero, este combate y denuncia no es sólo expresión de la rebeldía de una juventud cansada por esta realidad. Este combate y denuncia es nutrida por una filosofía y una ideología creada por el filósofo y abogado alemán Carlos Marx y el economista alemán Federico Engels y que conocemos como el Marxismo en honor a él. El Leninismo se debe en honor a los aportes realizados por el político, pensador y escritor revolucionario ruso Vladimir Ilich Ulianov conocido como Lenín. En tiempos de Marx y Engels, la teoría que ellos estaban creando la denominaban Socialismo. La rebeldía y el descontento por la situación en que vivimos es el paso inicial que lleva a la mayoría de los jóvenes a la militancia revolucionaria y que es acentuada por la edad en la mayoría de los casos y por supuesto debe ser mantenida a lo largo de la militancia revolucionaria. Entonces, el Marxismo-Leninismo pasa a ser el contenido que debe dar forma a la estructura política e ideológica de todo militante revolucionario. Frente a las propuestas reaccionarias que ofrecen los gobiernos y partidos políticos burgueses (arnulfistas y torrijistas principalmente por ser las propuestas político-ideológicas más desarrolladas en la actualidad) a lo largo de estos 20 años después de la Dictadura Militar, la juventud ha sido objeto de una campaña sistemática de alienación, persecución y exclusión, sin negar tampoco que desde mucho antes se ha llevado a cabo esta práctica, haciéndole ver que sus únicos y fundamentales problemas son: la droga, el alcohol, el sida, el empleo, el pandillerismo y la violencia. Por supuesto, que los problemas de los jóvenes no sólo se reducen a estos, y que su existencia como parte de la sociedad no gira en torno a ellos solamente. Los jóvenes son mucho más que esto y tienen mucho que aportar frente a los problemas nacionales, políticos, económicos, sociales o culturales. La historia política, social y popular de nuestro país es testimonio claro de la contribución del movimiento estudiantil secundarista y universitario en las más importantes jornadas de luchas y protestas.
La dimensión política, ideológica y ética del joven ha sido dejada y olvidada por completo. Esto obedece a que los partidos políticos burgueses sólo les interesa tener a los jóvenes cautivos en grupos por ejemplo: clubes o asociaciones y en espacios juveniles como el Team Martín o la Generación del Cambio para el periodo electoral. Completamente apáticos, indiferentes, despolitizados y desideologizados, los jóvenes entran en el oportunismo, el clientelismo y el juega vivo, que de buscar los cambios y transformaciones que requiere nuestra sociedad. El Marxismo-Leninismo a parte de brindarnos la capacidad de análisis teórica de la realidad histórica, política, ideológica, económica, social y cultural, es un arma o instrumento práctico de organización y lucha y nos da una concepción ética y humanista de comportamiento individual y colectivo. Las tareas planteadas por Marx-Engels-Lenín y Mao siguen presentes en la lucha de los jóvenes pertenecientes al movimiento secundarista, universitario, obrero, campesino o profesional. Ellos deben asumir el Marxismo-Leninismo como suyo y llevarlo a la práctica cotidiana, adaptándolo a la realidad particular de nuestro país. Las propuestas políticas reformistas, revisionistas, claudicacionistas o desviacionistas han demostrado su fracaso frente a la realidad de Nuestra América y Panamá al no generar los cambios. Nuestra realidad de miseria, pobreza, desempleo, hambre, explotación, dominación, injusticia o desigualdad, no será transformada con medidas cosméticas o estéticas, sino con cambios profundos, verdaderos y radicales. La clave está en el papel fundamental que debe jugar los estudiantes y la juventud consciente y organizada.
Los problemas actuales de nuestras sociedades explotadas, las vemos relacionadas unas con otras. Esto obedece a la esencia anti-humana, egoísta y excluyente del capitalismo salvaje en su fase neoliberal. Mientras otros se encuentran atrapados desde sus ONG’s tratando de resolver los problemas nacionales por separados y en total descoordinación, perdiendo de vista que los problemas directa o indirectamente están conectados. Sin un ataque coordinado de todos, perderemos muchos esfuerzos y energías. Con el pensamiento, obra y legado de los compañeros mártires y héroes de la izquierda, nos damos cuenta en la práctica, la fuerza ética con que contamos en el enfrentamiento a proyectos burgueses en este momento tan importante de la historia de lucha de nuestro pueblo. La juventud está llamada junto a los trabajadores, campesinos, indígenas, intelectuales y profesionales a ser el faro luminoso que ofrende a la patria y la revolución, toda su inteligencia, voluntad, capacidad y sacrificio por nuestra definitiva y total Liberación Nacional y Social. “La juventud es la fuerza más activa y vital de la sociedad. Los jóvenes son los más ansiosos de aprender, y los menos conservadores en su pensamiento. Así son especialmente en la época del socialismo...” Estas palabras del compañero líder y revolucionario Mao Tse-Tung nos señalan el papel importante que debemos tener antes, durante y después del proceso revolucionario como juventud trabajadora, campesina, indígena, estudiantil o profesional. En la Universidad de Panamá encontramos una serie de grupos que se hacen llamar “políticos-estudiantiles” pero, yo los llamaría grupos “politiqueros, oportunistas, clientelistas, corruptos y electoreros” por la forma de pensar y actuar de muchos de sus dirigentes y militantes. No tienen o carecen de definición política-ideológica, de objetivos, de programas, de estatutos y de planes de trabajo. Los mismos promueven la fiesta y el licor para obtener votos en las elecciones, en vez de plantear propuestas. Algunos de estos grupos tienen pertenencia, financiamiento y compromisos directos con partidos políticos y de políticos de derechas.
El compañero líder y revolucionario Ernesto “Che” Guevara decía: “Ustedes, compañeros, deben ser la vanguardia de todos los movimientos. Los primeros en estar dispuestos para los sacrificios que la revolución demande, cualquiera que sea índole de esos sacrificios. Los primeros en el trabajo. Los primeros en el estudio. Los primeros en la defensa del país”. La apropiación de estas palabras en lo interno de cada uno de nosotros, es sin lugar a dudas una de las lecciones de mayor importancia que cualquier revolucionario nos haya dejado. Estudio y Trabajo más que una consigna es una forma de vida. Es la participación directa con los trabajadores, campesinos, indígenas y profesionales en la construcción de una nueva sociedad sin clases, sin explotados, ni explotadores con iguales condiciones y oportunidades. Cada día con nuestra práctica política, en el aula de clases, en la familia, en el trabajo, en la calle, en el barrio debemos ser ejemplo vivo de nuestras ideas y modelo a seguir por los demás. Hacer que el noble sacrificio, incluyendo hasta su vida en algunos casos, de nuestros mártires y héroes que a lo largo de esta lucha lo dieron todo y no pidieron nada a cambio. Es como lo expreso el compañero líder y revolucionario Ernesto “Che” Guevara: “Se plantea a todo joven comunista ser esencialmente humano, ser tan humano que se acerque a lo mejor de lo humano, purificar lo mejor del hombre por medio del trabajo, del estudio, del ejercicio de la solidaridad continuada con el pueblo y con todos los pueblos del mundo, desarrollar al máximo la sensibilidad hasta sentirse angustiado cuando se asesina a un hombre en cualquier rincón del mundo y para sentirse entusiasmado cuando en algún rincón del mundo se alza una nueva bandera de libertad.”
El Marxismo-Leninismo no es sólo una concepción política-ideológica del mundo, para leerla o recitarla, es una forma de vida. Es una misión de liberación, de edificación, de construcción, de educación con el pueblo trabajador y campesino. Es la práctica del internacionalismo y de la solidaridad con jóvenes de otros países que sean de izquierdas, progresistas y democráticos que en función de sus respectivas realidades estén en la construcción de una sociedad justa, igualitaria, libertaria y democrática. Es la denuncia y el combate de las injusticias que se cometen a lo largo y ancho del mundo. Es tener en cuenta que nuestro proyecto de sociedad no sólo queda en los escritos o en los límites geográficos de Panamá, sino que tiene relación directa con el mundo entero. Nuestra revolución debe ser ejemplo para otros que luchan en el mundo. “¿Cómo juzgar si un joven es revolucionario? ¿Cómo discernirlo? Sólo hay un criterio: si está dispuesto a fundirse, y se funde en la práctica, con las grandes masas obreras y campesinas. Es revolucionario si lo quiere hacer y lo hace; de otro modo es no-revolucionario o contrarrevolucionario...” Con estas palabras del compañero líder y revolucionario Mao Tse-Tung debemos hacer un examen interno de si verdaderamente somos revolucionarios o no. La vigencia del Marxismo-Leninismo en nosotros dependerá si somos capaces que las masas lo adopten como ideología propia y que nosotros seamos capaces de guiarlas y enseñarles que está orientación ideológica es el sendero luminoso de nuestra Liberación Nacional y Social.
Pero, la vigencia del Marxismo-Leninismo no se conseguirá si no somos capaces de desprendernos de nuestro egoísmo, mezquindad e individualismo que nos han sido impuestos como formas de pensamiento, conducta y valores dentro de la sociedad burguesa. El Hombre Nuevo que nos planteara el compañero líder y revolucionario Ernesto “Che” Guevara no se conseguirá por decretos o leyes, será el cambio que parte de nosotros mismos e implica el desprendimiento de actitudes, principios y valores que sólo causan la desunión, discusiones estériles y personalistas, luchas y ataques intestinas. Por encima de nuestras diferencias personales de las cuales no todas parten de argumentos y vivencias falsas, sino que son verdaderas algunas, debemos unirnos todos bajo un sólo puño y una sola bandera que es nuestra filosofía e ideología Marxista-Leninista. Sólo así nuestro pueblo y nosotros mismos alcanzaremos nuestra liberación.
El estudio profundo del Marxismo-Leninismo por parte de nosotros debe no sólo ser una responsabilidad colectiva sino individual. Apertrecharnos de las victorias, aprender de los errores y fracasos y analizar los triunfos de los países que a través del mundo han establecido el socialismo como forma de gobierno y vida colectiva es una tarea importante, diaria y necesaria. En su discurso “Sobre las Tareas de la Juventud en la Construcción Socialista”, el compañero Presidente de la Republica Popular Democrática de Corea Kim Il Sung decía a los jóvenes: “Nuestros jóvenes deben intensificar más el estudio del marxismo-leninismo. Todo joven debe estudiar obligatoriamente el marxismo-leninismo, no importa en que sector trabaja ni en qué está especializado. El marxismo-leninismo es una brújula para la lucha revolucionaria. Nos enseña la ley del desarrollo social y nos sirve de guía para juzgar correctamente todas las cosas.” Para no perdernos en el mar del egoísmo, mezquindad e individualismo burgués debemos tomar está brújula para llegar al puerto seguro y nuevo de nuestra liberación y redención.
Los que nos han demostrado la vigencia, profundidad y sobre todo el alto contenido ético, moral, humanístico y cultural del Marxismo-Leninismo son los cambios y transformaciones operadas en las sociedades que a lo largo de la historia a partir del Manifiesto del Partido Comunista en 1848 lo han adoptado como sistema político. Nos toca a nosotros las nuevas generaciones de revolucionarios mantener viva la llama en nuestras mentes y corazones de Marx, Engels, Lenin, Mao, Kim IL Sung, Ho Chi Minh, Mariategui, Camilo, Che, Fidel, Carlos Fonseca, Floyd Britton, entre otros tantos dirigentes revolucionarios que con su vida, pensamiento, obra y legado nos han enseñado y legado mucho. Mi deseo es que iniciemos, profundicemos y actualicemos nuestro estudio del Marxismo-Leninismo con la seriedad, cientificidad, responsabilidad y rigurosidad que amerita está tarea, no sólo para beneficio propio, de nuestras organizaciones, de nuestro pueblo, sino para la humanidad entera. ¡Viva el Marxismo-Leninismo!
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