Ensayo: “Aproximación al Aforismo en el Pensamiento Filosófico de Federico Nietzsche.” 25-1-2012.*
Por: Samuel Prado Franco.
Lic. en Filosofía, Ética y Valores.
Mgter en Ciencias Sociales.
Profesor e Investigador en Filosofía y Ciencia Política.
Dedicatoria: Al maestro, filósofo, poeta, crítico y escritor alemán Federico Nietzsche motivo e inspiración de este trabajo y a Don Tomas Lara Guardia y su señora esposa por su ayuda invaluable y desinteresada durante estos años de estudio.
Agradecimiento: A mi familia, a mis padres Samuel e Iris y a mi hermana Marlen por su ayuda en estos años de estudios, al profesor Francisco Díaz Montilla por su sabio y dedicado asesoramiento de este trabajo, al profesor Roberto Arosemena Jaén por sus consejos y enseñanzas políticas y morales, al profesor Franz Poveda por conducirme en el inicio del estudio de la obra de Nietzsche y a todas las personas que de una u otra forma ayudaron para la elaboración de este trabajo.
Índice.
Introducción.
I- Sobre el Concepto de Aforismo y Metáfora.
II- Nosotros los Doctos.
III- El Hombre Loco.
IV- Sobre el Alma de los Artistas y Escritores.
V- Sobre como Terminó Convirtiéndose en Fábula el Mundo Verdadero.
VI- El Anticristo.
Conclusión.
Notas.
Bibliografía.
Introducción.
“Conozco mi suerte. Alguna vez irá unido a mi nombre el recuerdo de algo monstruoso, de una crisis como jamás la hubo antes en la tierra, de la más profunda colisión de conciencias, de una decisión tomada, mediante un conjuro, contra todo lo que hasta este momento se ha creído, exigido, santificado. Yo no soy un hombre, soy dinamita.” Por qué soy yo un destino. Ecce Homo.
Nuestro trabajo tiene como finalidad: proponer una aproximación interpretativa de algunos aforismos de la obra de Nietzsche, crear espacios interdisciplinarios (1) para el debate con relación a su obra y profundizar en la lectura crítica de su obra. Pretendemos, pues, aproximarnos al aforismo en la filosofía de Federico Nietzsche (1844-1900).
Esta tarea no es fácil. Como es sabido Nietzsche despierta en quien lo lee desde una negación completa, pasando a una indiferencia o una total afirmación de ella. Se discute si era o no filósofo, si era un poeta, si fue el autor intelectual del nacional-socialismo, un hombre loco y frustrado o un genio de su tiempo. Desde nuestro punto de vista, el problema fundamental que se desprende de su obra es el lenguaje. Nietzsche utiliza un lenguaje expresivo, profundo, existencial, crítico y provocativo. Expresivo puesto que habla del ser humano que no calla y, al contrario, grita al mundo sobre una realidad que debe contener valores afirmadores de la vida, como: el arte, la música, la danza, la fuerza y la belleza. Profundo, puesto que no admite la superficialidad propuesta por la moral cristiana y socrática, las cuales crean y desvirtúan la realidad humana, al comprometerla con valores decadentes como la caridad, la compasión, la paz y la hermandad. Existencial por cuanto propone un sentido de querer vivir ligado a la tierra, alejado de la imposición de la familia, la sociedad, la iglesia y el estado, creando sus propios valores. Crítico en cuanto rechaza lo que vaya en contra del superhombre y sus valores.
El lenguaje nietzscheano es dinamita pura. Abandona en su totalidad el lenguaje formal de muchos filósofos y adopta un lenguaje rico, alegórico y metafórico que hacen que el lector de su obra participe directamente en ella. Nuestro trabajo consiste en un análisis y exposición de cinco aforismos de algunos de sus principales escritos para tratar de entender la obra de este filósofo que vislumbró un mundo lleno de incertidumbre y frustración, y que asume la tarea de dar una explicación a la crisis de su tiempo, crisis que –por cierto- aún perdura. La tarea que hemos asumido es importante ya que no siempre la lectura que se tiene de Nietzsche es la mejor. En ese sentido, el presente trabajo puede concebirse también como una propuesta cuya finalidad es indicar algunas pautas para una interpretación libre de prejuicios; así como contribuir a la divulgación de su obra. El problema interpretativo en la obra de Nietzsche no es un escollo imposible de salvar, aunque en un medio como el nuestro el esfuerzo implicado en una tarea como ésta es tal vez dos veces mayor que se haría en otras latitudes.
La carencia de fuentes bibliográficas en las bibliotecas, las limitaciones en la formación de la licenciatura, así como el desconocimiento de una tradición o corriente filosófica (justamente como causa de las limitaciones aludidas) fueron serios escollos que debimos superar.
Aproximación al Aforismo en el Pensamiento Filosófico de Federico Nietzsche.
No es concebible la actividad filosófica al margen del lenguaje. De hecho, las características de los planteamientos filosóficos suelen estar relacionados con el lenguaje. Y expresan, los planteamientos en cuestión, lo que las formas del lenguaje utilizado permite expresar. Nietzsche es un caso paradigmático al respecto. Su lenguaje no es precisamente un modelo de precisión; su estilo aforístico y metafórico ha dado lugar a múltiples aproximaciones, razón por la cual, la interrogante ¿qué quiso exactamente decir Nietzsche en sus obras? es permanentemente y actual. Pero ya que hemos usado los adjetivos ‘aforístico’ y ‘metafórico’, es pertinente hacer una breve caracterización de sus correspondientes sustantivos a fin de tener una idea más precisa del rol que juegan en el pensamiento nietzscheano.
I- Sobre el Concepto de Aforismo y Metáfora.
El DRAE define la palabra aforismo como sigue: (Del lat. aphorismus, y este del gr. άφορισμός). m. Sentencia breve y doctrinal que se propone como regla en alguna ciencia o arte.
Mientras que en el Diccionario de Filosofía Ilustrado la define como: Aforismo: “(Del griego aphorismos = definición) Sentencia breve y doctrinal. Es una forma de expresión que presenta pensamientos filosóficos de manera breve y autónoma, y que se distingue de los pensamientos porque el <>. Su uso se constituye en uno de los estilos filosóficos de más difícil aprehensión por su constante recurrencia a la metáfora. Al parecer, Heráclito fue el primero en escribir de esta manera. También Nietzsche encontró en el aforismo su forma de expresión”. (2)
Obviamente, si nos atenemos a estas definiciones, entonces surgen algunas interrogantes. Para empezar, ya que de acuerdo con las definiciones, las metáforas son “sentencias breves y doctrinales”, la pregunta que surge es ¿cuán breve? Además ¿qué significa exactamente ‘doctrinal’? La primera definición al menos tiene la virtud de que extiende los aforismos a cualquier ciencia o arte, mientras que la segunda la restringe a la filosofía y en ese sentido señala que “es una forma de expresión que presenta pensamientos filosóficos de manera breve y autónoma”. Si consideramos la propiedad “ser una sentencia breve” para el aforismo, entonces algunos de los textos que comentaremos no lo serían, aunque presentan pensamientos filosóficos de manera breve y son, ciertamente, de difícil aprehensión. Estamos, pues, ante una situación algo contradictoria. Pero una definición con consecuencias como la anterior difícilmente puede proponerse como una buena definición. Aunque la caracterización del aforismo como una expresión que constituye un todo en sí mismo, al menos nos remite a otras características como la fuerza expresiva y radicalidad de las mismas. Desde este punto de vista, los textos que analizaremos se pueden considerar aforísticos.
El aforismo se relaciona con la metáfora, aunque esa relación no es necesaria, es contingente. Es lógicamente posible una clase de enunciados aforísticos no metafóricos. Al igual que ‘aforismo’, definir ‘metáfora’ no es fácil y en ocasiones se define incorrectamente. (3) Para nuestros efectos, será suficiente caracterizarla como sigue: Metáfora: “Figura lingüística en la que, por analogía o comparación, un término reemplaza a otro de diferente significado. Por ejemplo, cuando decimos que alguien tiene ojo de águila para expresar que ve tan bien como un águila; o cuando en un lenguaje poético se dice, por ejemplo, los eucaliptos, con sus hojas de plata, brillan como el cielo. En filosofía, la metáfora o lenguaje figurado ha sido utilizada desde la antigüedad...” (4)
En lo que al pensamiento de Nietzsche respecta, la presencia de ambas nociones es casi obvia. Basta con considerar un pasaje como: "Todos somos sus asesinos, pero ¿cómo hemos hecho esto? ¿Cómo hemos podido vaciar el mar? ¿Quién nos ha dado una esponja capaz de borrar el horizonte? ¿Qué hemos hecho para desprender esta tierra del sol?"
II- Nosotros los Doctos.
El primer aforismo que ha sido escogido para nuestro trabajo aparece en la obra “Más Allá del Bien y del Mal”. Ha sido escogido porque, según nuestro parecer, Nietzsche plantea su concepción del filósofo y el papel fundamental que debe jugar dentro de la sociedad. El filósofo, nos parece, debe ser actor en las discusiones y debates de los problemas políticos, económicos, sociales, culturales, entre otros, del hombre; presentando posibles soluciones y salidas. No debe mantenerse en una actitud silenciosa o de neutralidad axiológica. Teniendo presente el ‘debe’ anterior, citamos:
"Insisto en que se deje por fin a los obreros filosóficos y, en general, a los hombres científicos con los filósofos, -en que justo aquí se dé rigurosamente <>, a los primeros no demasiado, y a los segundos no demasiado poco. Acaso para la educación del verdadero filósofo se necesite que él mismo haya estado alguna vez también en todos esos niveles en los que permanecen, en los que tienen que permanecer sus servidores, los obreros científicos de la filosofía; él mismo tiene que haber sido tal vez crítico y escéptico y dogmático e historiador y, además, poeta y coleccionista y viajero y adivinador de enigmas y moralista y vidente y <> y casi todas las cosas, a fin de recorrer el círculo entero de los valores y de los sentimientos de valor del hombre y a fin de poder mirar con muchos ojos y conciencias, desde la altura hacia toda la lejanía, desde la profundidad hacia toda la altura, desde el rincón hacia toda amplitud. Pero todas estas cosas son únicamente condiciones previas de su tarea: esta misma quiere algo distinto, -exige que él cree valores. Aquellos obreros filosóficos modelados según el noble patrón de Kant y de Hegel tienen que establecer y que reducir a fórmulas cualquier gran hecho efectivo de valoraciones –es decir, de anteriores posiciones de valor, creaciones de valor que llegaron a ser dominantes y que durante algún tiempo fueron llamadas <>- bien en el reino de lo lógico, bien en el de lo político (moral), bien en el de lo artístico. A estos investigadores les incumbe el volver aprensible, manejable, dominable con la mirada, dominable con el pensamiento todo lo que hasta ahora ha ocurrido y ha sido objeto de aprecio, el acortar todo lo largo, más aún, <> mismo, y el sojuzgar el pasado entero: inmensa y maravillosa tarea en servir a la cual pueden sentirse satisfechos con seguridad todo orgullo sutil, toda voluntad tenaz. Pero los auténticos filósofos son hombres que dan ordenes y legislan: dicen <<¡así debe ser!>>, son ellos los que determinan el <> y el <> del ser humano, disponiendo aquí del trabajo previo de todos los obreros filosóficos, de todos los sojuzgadores del pasado, -ellos extienden su mano creadora hacia el futuro, y todo lo que es y ha sido conviértese para ellos en medio, en instrumento, en martillo. Su <> es crear, su crear es legislar, su voluntad de verdad es –voluntad de poder-. ¿Existen hoy tales filósofos? ¿Han existido ya tales filósofos? ¿No tienen que existir tales filósofos?..." (5)
Se expresa indudablemente la concepción del filósofo que tenía Nietzsche; hace una amplia y profunda descripción de su perfil, valores, deberes y opciones. Presenta al filósofo como pensador multifacético, legislador, creador e impulsor de nuevos valores. Se establece además el deber ser del filósofo con un alto reconocimiento de la fuerza y la certeza que deben llevar sus planteamientos y actuaciones. En este aforismo expresa dos grandes temas de su obra: la voluntad de poder y el superhombre. Decimos que este aforismo es sentencial en el sentido de que afirma, sin vacilación, la tarea del filósofo que es la determinación del hacia dónde y el para qué del ser humano. Al final del aforismo deja abierta tres preguntas a los lectores. Son preguntas que no han perdido vigencia, ya que la demanda de filósofos que aporten a la solución racional, moral y científica de nuestros problemas es de suma importancia en los tiempos actuales. Demandan estas preguntas una o muchas respuestas de acuerdo a la necesidad y la circunstancias de nuestros tiempos actuales. Es como dice Andrés Sánchez Pascual:
"El examen del “intelectual europeo”, se diría hoy, llena la sección sexta. En ella Nietzsche señala los peligros que al surgimiento del verdadero filósofo opone el modo moderno de trabajar la ciencia. En general, el hombre docto aparece nada más que como un animal de tiro (véase Así habló Zaratustra, “De los sabios famosos” edición citada, págs. 155-158), nada más que como un espejo que se reduce a reflejar lo que a su lado pasa, para poder eludir el enfrentarse a sí mismo." (6)
No hay que negar que Nietzsche era alemán y europeo, un tanto distante de nuestro continente americano, pero este aforismo tiene un espíritu universalista, y es válido para nuestro tiempo y nuestra realidad. A pesar del paso del tiempo, y a pesar de que las circunstancias de la época en la cual Nietzsche escribió este aforismo pudieran haber variado de una u otra forma, existen problemas políticos, económicos, sociales y otros que nos siguen agobiando. Se trata de problemas que los filósofos tienen que conocer, estudiar y analizar de alguna manera. Agregaría lo anterior a la afirmación del autor de la introducción de la obra: “Mas Allá del Bien y del Mal”. Nietzsche nos presenta un sólido argumento a favor de la creación y de la figura del filósofo obrero. Parte del ser filósofo es crear nuevas ideas, mejorarlas o descartarlas. Siempre debe estar a la búsqueda de respuestas, argumentos y de replantearse otras con el fin de transformar su sociedad y el mundo, tomando este planteamiento de la undécima Tesis sobre Feuerbach del filósofo alemán Carlos Marx y que hacemos nuestra.
El filósofo como “obrero” es una actitud, disponibilidad y esfuerzo de que su tarea es difícil y pesada, que toma largas horas de esfuerzo intelectual y requiere dedicación y sacrificio. No es un camino fácil, pero no es imposible asumirlo. Considerando lo anterior, la filosofía se convierte en una forma de vida y conducta moral. La única diferencia entre ser obrero y ser filósofo es el lugar de trabajo de cada cual y las condiciones culturales en que ambos se dan. El aforismo que nos ocupa tiene una estructura sólida, clara y directa en el sentido de lo que nos expresa y enseña. Nietzsche nos deja un completo perfil de lo que debe ser un filósofo y la actitud y comportamiento que debe asumir en la vida y en la sociedad. El filósofo será como un león que ruge fuertemente y que se impone como un rey frente a los animales de la selva. El que no tiene miedo, vergüenza o problema alguno para decir y afirmar lo que quiere. El que no se deja gobernar por otros, sino que se gobierna a sí mismo con plena autoridad moral. Nietzsche escribe este aforismo con un lenguaje sólido, claro y directo, plasmando sus inquietudes e interrogantes de lo que debe ser un filósofo en su conducta.
La concepción del filósofo en Nietzsche es una parte fundamental de su propuesta valorativa aristocrática junto a su propuesta de un hombre nuevo o superhombre. Es una propuesta integral en el aspecto ideológico, social, antropológico, ético y moral. Es según nuestra opinión uno de los aforismos más importantes, fundamentales e interesantes de su obra en general y en particular de: “Mas Allá del Bien y del Mal”.
III- El Hombre Loco.
Este aforismo ha sido escogido por nuestro interés en el tema religioso y espiritual y las implicaciones actuales que tiene la religión en un mundo en que muchas personas debaten y discuten sobre el tema; se van naciones y pueblos enteros a la guerra por causas religiosas e igualmente se persiguen a muchos otros por la religión que profesan y practican. Por su importancia citamos parte del contenido de la contraportada:
"Nietzsche plantea en el Gay Saber (1882-1887) todos los grandes temas de su filosofía. Partiendo de la necesidad de un conocimiento que supere las limitaciones de la metodología científica y surja de la intuición y la vida, argumenta a favor del saber ser presocrático, del pensamiento trágico y del dolor como base del conocimiento, de la importancia de lo inconsciente y la aspiración máxima del hombre al arte y a la poesía... Proclamada la muerte de Dios, símbolo de una moral que ha desembocado en el nihilismo, Nietzsche reclama una nueva generación de hombres y filósofos que abran caminos al saber y exploren en contacto con la naturaleza, de espíritus libres que propugnen la voluntad de vida, la acción y el conocimiento. Para ello demanda una nueva ética y una nueva estética, basadas en el vitalismo." (7)
El aforismo es el siguiente: "¿No habéis oído hablar de aquel hombre loco que, con una linterna encendida, en la claridad del mediodía, iba corriendo por la plaza y gritaba: <>? Y ¿qué precisamente arrancó una gran carcajada de los que allí estaban reunidos y no creían en Dios? ¿Es que se ha perdido?, decía uno. ¿Se ha extraviado como un niño?, decía otro, o ¿es que se ha escondido? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Ha emigrado?, así gritaban riendo unos con otros. El hombre loco saltó en medio de ellos y los taladró con sus miradas. <<¿Adónde se ha ido? –exclamo-, voy a decíroslo. Lo hemos matado nosotros. Vosotros y yo. Todos somos sus asesinos, pero ¿cómo hemos hecho esto? ¿Cómo hemos podido vaciar el mar? ¿Quién nos ha dado una esponja capaz de borrar el horizonte? ¿Qué hemos hecho para desprender esta tierra del sol? ¿Hacia dónde se mueve ahora? ¿Hacia dónde nos movemos nosotros, apartándonos de todos los soles? ¿No nos precipitamos continuamente?, ¿hacia atrás, adelante, a un lado y a todas partes? ¿Existen todavía para nosotros un arriba y un abajo?, ¿no vamos errantes como a través de una nada infinita? ¿no nos absorbe el espacio vacío?, ¿no hace más frío? ¿No viene la noche para siempre, más y más noche? ¿No se han de encender linternas a mediodía? ¿No oímos todavía nada del rumor de los enterradores que han enterrado a Dios? ¿No olemos todavía nada de la corrupción divina? También los dioses se corrompen. ¡Dios ha muerto! ¡Dios está muerto!, y ¡nosotros lo hemos matado! ¿Cómo podemos consolarnos los asesinos de todos los asesinos? Lo más santo y lo más poderoso que el mundo poseía hasta ahora, se ha desangrado bajo nuestros cuchillos – ¿quién puede limpiarnos esta sangre?, ¿qué fiestas expiatorias o que juegos sagrados deberíamos inventar?--. ¿No es demasiado grande para nosotros la grandeza de este hecho?, ¿no deberemos convertirnos en dioses nosotros mismos, sólo para aparecer dignos de ello? No hubo nunca hecho más grande –y cuantos nazcan después de nosotros pertenecerán a una historia superior a toda la historia precedente a causa de este hecho.>> En este punto calló el hombre loco, y miró de nuevo a los que le escuchaban. También ellos se habían callado y le miraban extrañados. Finalmente, arrojó su linterna al suelo, que se hizo pedazos, y se apagó. <> Se cuenta además que el hombre loco aquel mismo día entro en varias iglesias y entono en ellas su Réquiem, aeternam Deo. Y que habiéndolo sacado y haciéndolo hablar, siempre había replicado solamente: <<¿Qué son, pues, estas iglesias ya, sino las sepulturas y los monumentos funerarios de Dios?>>." (8)
En este aforismo podemos encontrar, con un lenguaje sencillo, aunque no del todo comprensible por algunas frases que utiliza, un tema principal de su filosofía: “la muerte de Dios”. Sin utilizar términos filosóficos complicados, hace una corta historia de “la muerte de Dios” a través de un personaje común que hace inmensos esfuerzos por encontrar a Dios y no lo encuentra y quien recibe las burlas y los comentarios hirientes y burlescos de otros haciéndole ver que su búsqueda es inútil y sin sentido. Pero cómo hacerle entender a un hombre creyente que su búsqueda de Dios es inútil. Nietzsche hace de esta búsqueda algo ridículo, tonto, absurdo e insensato; algo propio de un hombre loco que nada tiene que hacer y que está lleno de inseguridad. Algo muy importante que encontramos es que Nietzsche no es el único autor de “la muerte de Dios”, sino que responsabiliza a toda una época y a las instituciones religiosas. Por supuesto “la muerte de Dios” sin más para el creyente produce una sacudida o un estremecimiento a su conciencia y sus principios morales y religiosos; la aversión, el rechazo y la huida para no confrontar este planteamiento se da inevitablemente, ya que Dios es eterno e inmortal y sería una total contradicción si tal muerte sucediera.
Pero muchas veces los creyentes con sus acciones contrarias a la palabra y a la voluntad de Dios, ya sean cristianos, musulmanes o judíos, hacen de “la muerte de Dios” una acción diaria, continua y permanente. “La muerte de Dios” la producen aquellos hombres consagrados a su servicio ya sean como sacerdotes, pastores, guías o monjes quienes con sus acciones denigran y ofenden a Dios; conocen su palabra y su voluntad pero la desobedecen. Aunque no se puede negar que otros ejemplarmente dan testimonio de vida. Aquellos lugares consagrados a Dios y a su adoración y que se utilizan como mercados y sitios de pecado; en lugar de lugares para elevar oración y sacrificio a Dios son más bien sus tumbas y sepulturas. Es “la muerte de Dios” el paso necesario para que todos seamos dioses. Será entonces que nos haremos responsables de nuestro destino sin un consolador, árbitro, juez o ente metafísico que nos pueda salvar de nuestro destino incierto. Sin cielo o infierno, sin inmortalidad, sin alma o espíritu, sin el juicio final o castigo divino es este el camino que se nos presenta. Ahora reinará el superhombre sin problemas y limitaciones.
El hombre se sentirá solo por primera vez frente a la naturaleza que no puede controlar o dirigir. Estas son algunas de las tantas interrogantes que se desprenden de este planteamiento. Pareciera el fin del mundo y de la historia para los creyentes. Las iglesias serán lugares oscuros y olvidados a partir de “la muerte de Dios”, donde alguna vez hubo luz y mucha gente, los sacerdotes serán desempleados a tiempo completo y los libros sagrados como “La Biblia” o “El Corán” referencias de historias pasadas y olvidadas. “La muerte de Dios” implica una crisis de conciencia y en gran medida “la muerte del Hombre”, de su historia, su sociedad, su existencia y de sus ideas como las conocemos actualmente. Dios sería una triste historia de paraísos olvidados y lejanos. Sin lugar a dudas, para Nietzsche no habría ninguna crisis ya que “la muerte de Dios” es el paso necesario para el superhombre y el mundo donde este reinaría. Así, el hombre no estará sometido a ningún designio divino y será creador de sus propios valores, sus leyes, forma de vida y gobierno. La frase Dios ha muerto es una de las más conocidas y destacadas de Nietzsche y de mayor importancia en su pensamiento.
Pero no podemos olvidar que Dios se expresa por medio de los hombres y de instituciones terrenales que conocemos como iglesias y que están sujetas a cambios, ya que están formadas por hombres y mujeres llenos de imperfecciones y errores. Nietzsche tiene una profunda visión psicológica del homini religiosi como un ser detestable del cual hay que tener cuidado y al que hay que combatir permanentemente como antítesis del superhombre y su propuesta valorativa aristocrática. Consideramos que la muerte de Dios de la cual se habla en este aforismo y a lo largo de la obra El Anticristo es el de la institucionalidad religiosa en general a la cual Nietzsche tenía una aversión y desconfianza profunda y no de Dios como ente metafísico y espiritual.
IV- Sobre el Alma de los Artistas y Escritores.
No es posible olvidar el gesto y el lenguaje en el desarrollo, crecimiento y evolución de nuestra civilización. En efecto, a partir de ambos, junto a la escritura, el ser humano pudo trasmitir y enseñar a las generaciones pasadas, presentes y futuras sus sueños, sentimientos, conocimientos, descubrimientos e historias. Veamos:
"Gesto y Lenguaje. Más antigua que el lenguaje es la imitación de los gestos; imitación que es involuntaria y que todavía hoy, que se ha generalizado la contención del lenguaje de los gestos y el dominio culto de los músculos, continua siendo un hábito tan potente, que no podemos ver un semblante movido sin que se enerve nuestro rostro (se puede observar que el bostezo fingido provoca el bostezo natural de quien lo ve). La imitación del gesto llevaba al que lo imitaba a la sensación de que, a través del mismo, se exteriorizaba con el cuerpo de la persona imitada. De esta forma se aprendía a entender al prójimo: así aprende todavía el niño a entender a su madre. En general, las sensaciones dolorosas se exteriorizarían con gestos de ésos que, a su vez, causan dolor (mesarse los cabellos, golpearse el pecho, desfigurar y contraer violentamente los músculos faciales). A la inversa, los gestos de placer generaban por su parte placer y, así, se prestaban particularmente bien para comunicar el significado (la risa como exteriorización del cosquilleo generador de placer servía para exteriorizar también otras sensaciones y sentimientos generadores de placer). En cuanto los hombres se entendían por los gestos, pudo desarrollarse un simbolismo de los gestos; es decir, podían ponerse de acuerdo sobre un lenguaje de signos a base de sonidos, de forma que primero se producía sonido y gesto al que aquel se asociaba simbólicamente y más tarde tan sólo el sonido. Parece que en este terreno ocurrió en tiempos pasados, con frecuencia, lo que ahora está ocurriendo ante nuestros ojos y oídos en la evolución de la música, de la música dramática: mientras que de entrada la música, sin el concurso interpretativo de la danza ni de la mímica (lenguaje de gestos), es un mero ruido, en virtud de una larga habituación a la asociación de música y movimiento llega el oído a ejercitarse en la interpretación inmediata de las figuras musicales y termina alcanzando un grado de comprensión que ya no necesita del movimiento visible y entiende al compositor sin el concurso de aquél. Háblese entonces de música absoluta, es decir, una música en la que todo se entiende simbólicamente, sin recurso alguno." (9)
Nietzsche realiza una comparación histórica del nacimiento del lenguaje y del gesto. Es interesante la presentación del tema ya que el gesto, para Nietzsche, es anterior al lenguaje. Presenta ejemplos ilustrativos de la importancia que tienen los gestos en la vida y acción diaria del hombre. La naturaleza del gesto es intrínseca a la acción humana como forma de comunicación y expresión de nuestros sentimientos, dolores, alegrías o angustias. En muchas ocasiones nuestros gestos delatan situaciones y hechos que con nuestras palabras y discursos negamos. La importancia de este aforismo es: comprender que los gestos forman parte de nuestra manera de actuar y vivir. No solo somos seres hablantes, sino gestuales. En muchas ocasiones utilizamos solamente un gesto para comunicar a otros un sentimiento, una inquietud o una satisfacción. La importancia de la relación entre la música y la danza y la mímica es evidente en este aforismo. La música se enriquece y complementa con la danza y la mímica le agrega un sentido de expresividad, acompañamiento, movimiento y profundidad.
No hay que olvidar que Nietzsche compuso piezas musicales y fue un seguidor ferviente de la obra musical del compositor alemán Richard Wagner con el cual compartió una amistad y admiración mutua; aunque por diferencias personales no duraría toda la vida. La música puede expresarse e interpretarse como un lenguaje de los sonidos que trasmite el compositor, pasando por el ejecutor hasta el oyente. Toda una serie de sentimientos, vivencias e ideales, produciendo en la interioridad de las personas que intervienen y participan en ella sentimientos de desagrado, agrado o ambas; de frustraciones, angustias, alegrías y tristezas. La música para Nietzsche era un vehículo fundamental para regresar, exaltar y vivir el ideal de lo alemán, por eso en Wagner encuentra esta oportunidad, pero se frustra y rompe su amistad al ver que éste en una de sus últimas obras musicales se acerca al cristianismo. El gesto seria la infancia del lenguaje, el inicio del camino para que el hombre pudiera llegar a crear y hacer uso de éste. Nietzsche utiliza el análisis psicológico para pensar que los gestos son parte de la naturaleza humana.
A la luz de este aforismo, el hombre moderno estaría perdiendo la facultad de hablar y volver a utilizar el gesto como forma única de comunicación. A nuestra consideración si se pierde la facultad del gesto o el lenguaje, una o ambas a la vez es negativo. Sólo salgamos a la calle y observemos el comportamiento de las personas para darnos cuenta del hecho de la pérdida de estas facultades. Lo importante es que el hombre sepa utilizar ambas de acuerdo a la necesidad, el tiempo, el lugar y la conveniencia y no utilice una en detrimento de la otra.
V- Sobre como Terminó Convirtiéndose en Fábula el Mundo Verdadero.
Este aforismo ha sido escogido por el planteamiento sistemático, corto y concreto, a modo de historia, sobre el mundo verdadero, tema que produce un intenso y profundo debate y discusión dentro y fuera de la comunidad filosófica. El mundo verdadero, lo entendemos como la idea de la existencia de algo que es irrebatible, eterno y permanece a través de la historia sin mayor cambio, por ejemplo, el cielo o el infierno para los creyentes. Veamos:
"Historia de un Error.
1. El mundo verdadero es asequible al sabio, al virtuoso; él es quien vive en ese mundo, quien es ese mundo. (Ésta es la forma más antigua de la Idea, relativamente, simple y convincente. Se trata de una transcripción de la tesis: <>.)
2. El mundo verdadero no es asequible por ahora, pero ha sido prometido al sabio, al piadoso, al virtuoso (<>.) (La idea ha progresado, se ha hecho más sutil, más capciosa, más difícil de entender, y se ha afeminado, se ha hecho cristiana...)
3. El mundo verdadero no es asequible ni demostrable ni puede ser prometido, pero, por el hecho de que se pueda pensar, constituye un consuelo, una obligación, un imperativo. (El antiguo sol sigue alumbrando al fondo, aunque se le ve a través de la neblina y del escepticismo; la Idea ha sido sublimada, se ha vuelto pálida, nórdica, koenigsburguense.)
4. ¿Es inasequible el mundo verdadero? En cualquier caso, no lo hemos alcanzado, y por ello nos es también desconocido. En consecuencia no puede servirnos de consuelo, ni de redención, ni de obligación. ¿A que nos podría obligar algo desconocido? (Mañana gris. Primer bostezo de la razón. Canto del gallo del positivismo.)
5. El <> es una Idea que ya no sirve para nada, que ya ni siquiera obliga, una Idea que se ha vuelto inútil, superflua; en consecuencia es una Idea que ha sido refutada: eliminémosla. (Día claro; desayuno, vuelta del sentido común y de la serenidad alegre; Platón se pone rojo de vergüenza y todos los espíritus libre arman un ruido de mil demonios.)
6. Hemos eliminado el mundo verdadero: ¿qué mundo ha quedado? ¿el aparente...? ¡no!, al eliminar el mundo verdadero hemos eliminado también el aparente. (Mediodía; instante de la más breve sombra; fin del más largo error; punto culminante de la humanidad; comienza Zaratustra.)" (10)
Nietzsche inicia este aforismo planteando que el mundo verdadero es asequible al sabio y al virtuoso. (11) Nietzsche no señala de qué manera se llega a ser sabio o virtuoso, ni el principio o los principios que se han de satisfacer para serlo o en qué momento de la vida puede llegar a serlo. Si esta sabiduría es divina o humana, o ambas a la vez, si es popular o elitista; si es intelectual o académica o vital. Si la sabiduría es exclusiva de los filósofos quienes por definición son los amantes de la sabiduría; otros como los historiadores, médicos, científicos, técnicos no tendrán acceso a ella. Lo que continua nos sugiere que este mundo verdadero es solo una idea que existen en su mente y que no existe como materia al afirmar que los sabios y virtuosos son ese mundo y viven en ese mundo. Si sólo el sabio y el virtuoso viven en ese mundo verdadero, los que no son sabios y virtuosos viven en un mundo falso o paralelo a éste. Nos referimos a un mundo falso al lugar que se crean aquellos que no viven en el mundo verdadero. Nietzsche destruye el planteamiento de exclusividad a la accesibilidad a este mundo verdadero, porque su existencia es sólo mental y no material.
Es sólo una alucinación de los creyentes. Al terminar este primer punto demuestra su anti-platonismo como cristianismo primitivo o antecedente antiguo del cristianismo al decir: “Yo, Platón, soy la verdad”. Hago la comparación con las palabras de Jesús en el evangelio: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Ahora el mundo verdadero tiene nombre y apellido y es una persona. No hay otros caminos, sólo uno. La “verdad” se nos devela en la persona de Platón o Jesús. Perderá entonces el sentido de objetividad y adquiere un sentido de subjetividad. No podemos olvidar que nuestro planteamiento se ha hecho en un sentido ontológico y no epistemológico. Nuestro planteamiento no está a la búsqueda de la posibilidad, el origen o la esencia del conocimiento en el cristianismo. En este sentido espiritual y divino, Dios no puede ser aprehendido por el hombre por medio de la razón, sino a través de la fe, aunque sin negar la incidencia de la razón y viceversa. Ahora el mundo verdadero no es asequible, pero ha sido prometido al sabio, al piadoso y al virtuoso.
Pasamos, según Nietzsche, de una idea antigua del mundo verdadero a una idea medieval de ésta. No menciona a Dios, pero su mención en todo esto se encuentra implícita. Él es quien nos promete el mundo verdadero y nos da la accesibilidad al mismo. Agrega al pecador que hace penitencia en este grupo de los que pueden acceder a ella. Se destacan cuatro nuevos elementos en la idea del mundo verdadero: sutilidad, capciosidad, dificultad para entender y feminidad, pero sin lugar a dudas lo más importante es que se hizo cristiano. Ahora la idea del mundo verdadero se adscribe a una religión como la cristiana y femenina, de la cual Nietzsche se muestra como enemigo a lo largo de toda su filosofía y que desprecia como moral de esclavos, frente a la moral de señores. Nietzsche señala en el punto tercero de este aforismo que el mundo verdadero no es asequible ni demostrable ni puede ser prometido. La confusión se presenta en todos los aspectos en que puede ser conocida de alguna manera el mundo verdadero. Ahora el hecho de que se pueda pensar, constituye un consuelo, una obligación, un imperativo categórico al modo kantiano.
Esto nos lleva al idealismo puro, ya que sólo nos quedamos en el hecho del pensar y el abstraer, algo alejados en el proceso del hacer o la práctica. El sabio, el piadoso, el virtuoso y el penitente quedan sin el privilegio o el derecho que tenían antes de conocer el mundo verdadero. Utilizando un lenguaje poético nos habla del sol alumbrando al fondo, aunque se le ve a través de la neblina y del escepticismo. La Verdad o Dios ya no es el faro de luz como antes lo fue y por primera vez el escepticismo toma una posición fuerte y decidida frente al optimismo según el cual podíamos conocer y comprender el mundo verdadero completamente. Nietzsche hace una clara mención de Konigsberg ciudad donde nació el filósofo alemán Manuel Kant (1724-1804), considerado el iniciador del idealismo alemán. Nietzsche se hace una pregunta ¿Es inasequible el mundo verdadero? Ya el hombre en este punto ni alcanza este mundo y por tanto le es desconocido, alejado e inaccesible. Lo que podía servir de consuelo, de redención u obligación no está al alcance del hombre de ninguna forma.
Del escepticismo pasamos a un pesimismo claro. ¿Qué puede hacer el hombre frente a un mundo verdadero que existe supuestamente, pero lejano e inaccesible?. Mejor sería olvidar esta aventura intelectual y dedicarse a otra cosa que sea alcanzable, cotidiana o más fácil. ¿Acaso nos hemos engañado a nosotros mismos o somos víctimas de un reducido grupo de personas que nos ha engañado a lo largo de la historia? No deberíamos escribir sobre la existencia de un mundo verdadero, sino de la historia de un engaño y falsificación. Nietzsche comienza con una pregunta y termina con otra. Utilizando un lenguaje poético hace mención de una mañana gris a la cual llamaríamos la mañana más pesimista, oscura, terrible y desastrosa de toda la historia, ya que todo aquello a lo que habíamos profesado respeto, admiración, creencia y estabilidad se ha derrumbado y destruido; la razón bosteza después de su largo sueño y canta el gallo del positivismo (12) anunciando su existencia y que puede ser la salida a la crisis profunda que vive el idealismo filosófico. Nietzsche nos plantea la no obligatoriedad y la inutilidad de la idea del mundo verdadero.
Por fin comienza la destrucción de todo este mundo que se nos había vendido, enseñado e impuesto como verdadero y se nos abre un nuevo camino y una nueva forma de vida, donde el hombre creará sus propios valores, legislará para sí mismo y se gobernará a sí mismo. Se vuelve al sentido común y nos invade una alegría profunda por este hecho. Se respira el viento fresco de la alta montaña donde Nietzsche buscaba descanso y tranquilidad. Platón como máximo representante del Idealismo es derrotado y sepultado al igual que todos los intelectuales, los sacerdotes y los hombres y mujeres que a lo largo de la historia fueron los falsificadores y traficantes de la verdad cristiana. Llegó el mediodía y el instante de la más breve sombra y por fin termina el más largo error que durante toda la historia nos había atado. Para Nietzsche llegamos a un punto culminante: Zaratustra. (13) Zaratustra es la figura que toma Nietzsche para poner en boca todo lo que tenía que decir en esta obra. Llegamos al momento cumbre de nuestro caminar, pasamos de ser aquellos asustados y sometidos hombres a ser dueños y constructores de nuestra historia y de un nuevo mundo.
Al fin se oye un grito tan fuerte que se escucha en toda la tierra anunciando la muerte de todo aquello que nos sometía. La historia se divide en dos periodos y se escribe una nueva con sangre llena del espíritu del superhombre. La transmutación de todos los valores termina: pasamos de los valores del pueblo, de los cristianos, de los pobres a los valores de la aristocracia y la élite. El eterno retorno de lo mismo nos parece sólo un instante en la eternidad del tiempo, como un viento rápido y fresco que viene de la alta montaña. Al fin estalló la dinamita que partió la historia en dos y llegó el ocaso de todos los ídolos conocidos.
VI- El Anticristo.
Finalmente nos referimos al quinto y último aforismo. Según veremos, Nietzsche realiza un análisis corto, original y preciso de la figura de Pablo (14) y su aporte al nacimiento, consolidación y posterior crecimiento del cristianismo que con el Emperador Constantino sería la ideología y la religión oficial del imperio romano.
El aforismo es el siguiente: "Ya se ve qué llegó a su fin con la muerte en la cruz: un nuevo, un perfectamente auténtico comienzo para un movimiento budista de paz, para una efectiva y no puramente prometida felicidad en la tierra. Porque esto sigue siendo –yo ya lo destaqué—la diferencia de fondo entre las dos religiones de décadence: el budismo no promete, sino cumple, el cristianismo promete todo, pero no cumple nada. --A la <> le sigue la peor de todas: la de Pablo. En Pablo se materializa el tipo antitético del <>, el genio en el odio, en la visión del odio, en la implacable lógica del odio. ¡Cuántas cosas ha sacrificado este dis-angelista al odio! Sobre todo al redentor; lo clavó a su cruz. La vida, el ejemplo, la doctrina, la muerte, el sentido y el derecho de todo el evangelio—nada existía ya cuando este falsario por odio comprendió que era lo único que podía usar. ¡No la realidad, no la verdad histórica!... Y otra vez cometió el instinto sacerdotal del judío, el mismo crimen contra la historia, -- él simplemente borró el ayer, el anteayer del cristianismo, el se inventó una historia del cristianismo primitivo. Aún más: el falseó nuevamente la historia de Israel para hacerla parecer como la historia de su acción: todos los profetas hablaron de su <>... La Iglesia falsificó posteriormente hasta la misma historia de la humanidad, volviéndola la prehistoria del cristianismo... El tipo del redentor, la doctrina, la practica, la muerte, el sentido de la muerte, hasta después de la muerte misma ---nada quedó sin manosear, nada siguió siendo siquiera parecido a la realidad. Pablo simplemente desplazó el punto de gravedad de aquella existencia entera, detrás de esa existencia, -- [lo desplazo] hacia la mentira del Jesús <>. En el fondo, él no podía necesitar en absoluto la vida del redentor, --necesitaba la muerte en la cruz, y algo más aún... Sostener como honesto a un Pablo, quien tenía su patria en la sede principal de la ilustración del estoicismo, cuando bajo una alucinación el arregla la prueba de que el redentor esta aún con vida, o hacerle creer su relato de que él si tuvo esta alucinación, sería una verdadera niaiserie (tontería) por parte de los psicólogos: Pablo quería el fin, por consiguiente quería también los medios... Lo que él mismo no creía lo creyeron los idiotas a los cuales arrojo su doctrina. –Su necesidad era el poder; a través de Pablo, el sacerdote quería nuevamente llegar al poder, --él solo podía utilizar conceptos, doctrinas, símbolos con los que se tiraniza a las masas, se forman rebaños. --¿Qué fue lo único que Mahoma tomó más tarde prestado al cristianismo? El invento de Pablo, sus medios para la tiranía sacerdotal, para la formación de rebaños: la creencia en la inmortalidad –es decir, la doctrina del <>..." (15)
Para Nietzsche, con la muerte de Jesús en la cruz y su resurrección comienza lo que el denomina “movimiento budista por la paz”. Al referirse a un “movimiento budista por la paz” nos plantea que Jesús inaugura para occidente un sistema de principios y valores opuestos a lo que se vivía en el imperio romano politeísta y pagano, lleno de vicios y corrupción. Al igual que en el judaísmo, el cristianismo o el Islam encontramos en el budismo, valores y principios iguales o similares como el amor, el respeto, la justicia, la tolerancia o la paz. El ataque y la crítica se centra en la figura de Pablo al que llama el “disangelista”. Como judío, educado como griego, quien vivió en la cuna del estoicismo, sería el llamado por Jesús para enseñar y propagar su doctrina de vida y salvación. Para Nietzsche, Pablo a pesar de su conversión tenia el instinto, el genio, la visión y la lógica del odio y del tipo antitético del buen mensajero. No seria una contradicción y grave error escoger a una persona con esta forma de pensar y actuar, ya que prácticamente destruiría la vida y obra de Jesús. Para un creyente Dios no se puede equivocar, ya que uno de sus atributos es la perfección. Sólo pensar este hecho sería cometer un grave pecado.
Si lo tratamos de entender por medio de la creencia, la fe y el dogma, fácilmente podemos acusar a Nietzsche de mentiroso, irrespetuoso y desconocedor de los fundamentos del cristianismo. Pero, podemos hacer en medio de esto, un breve análisis histórico y crítico del nacimiento, crecimiento y evolución del cristianismo y encontrar los errores, limitaciones y deficiencias de los papas, cardenales, obispos, sacerdotes, diáconos, comunidad de fieles y de toda la institución en general para darnos cuenta si efectivamente se sigue el evangelio. Hay que hacer una relación directa de la figura de Pablo y sus cartas a los Corintios, los Efesios, los Gálatas entre otros, para encontrar el pensamiento, la interpretación y la iluminación en términos religiosos y el mensaje de Jesús, y compararlo con lo que ha escrito Nietzsche como su interpretación del cristianismo para darnos cuenta que existe una gran influencia de Pablo en lo que conocemos del evangelio. Pero la crítica de Nietzsche no sólo queda en el fundador del cristianismo o de su mayor propagador, sino la institución llamada “iglesia”, que por medio de ella y en ella se viven y realizan los sacramentos.
La iglesia empleó un arma poderosa para engañar y falsificar la historia, para así poder perpetuar su poder a lo largo y ancho del mundo, y fue hacer de la historia de la humanidad, la prehistoria del cristianismo. No quedó nada a salvo para Pablo, y falsificó toda la historia contada por los profetas para hacer ver que Jesús era el Hijo de Dios y Dios hecho Hombre, quien salvará al hombre de sus pecados. Para Nietzsche, Pablo necesitaba más que la doctrina y la práctica de Jesús para poder engañar y creó la alucinación de la resurrección. Un Dios vivo que vino a estar entre nosotros y ser un amigo fiel de carne y hueso del hombre. Los símbolos, las historias y los principios y valores serían suficientes para crear una moral para esclavos, ya que estaba cautivo el rebaño que seguiría tal doctrina y dejaría a otros el conocimiento y los medios que más adelante utilizaron para crear sus propios rebaños en otras regiones y en otros tiempos.
Conclusión.
<<¿Habéis dicho sí alguna vez a un solo placer? Oh, amigos míos, entonces dijisteis sí también a todo dolor. Todas las cosas están encadenadas, trabadas, enamoradas,
--- ¿habéis querido en alguna ocasión dos veces una sola vez, habéis dicho en alguna ocasión “¡tú me agradas, felicidad! ¡Sus! ¡Instante!”? ¡Entonces quisisteis que todo vuelva!
--- todo de nuevo, todo eterno, todo encadenado, trabado, enamorado, oh, entonces amasteis el mundo,
--- vosotros eternos, amadlo eternamente y para siempre; y también al dolor decidle: ¡pasa, pero vuelve! ¡Pues todo placer quiere –eternidad!>> Así Habló Zaratustra.
Nietzsche es un filósofo difícil de abordar por su forma de pensar y escribir asistemática. Escribe con una libertad y soltura que impide cualquier tipo de encajonamiento o delimitación cerrada en una tradición o corriente filosófica específica. Por esta razón, nos queda romper esta barrera y encontrar al solitario y desnudo escritor que nos dejó una obra siempre abierta a múltiples interpretaciones y aproximaciones. El papel fundamental de la obra de Nietzsche en nuestra época, ya anunciada por él mismo, es de ser uno de los sustentos de las formas de pensar de nuestra época caracterizada por el relativismo moral, la globalización, el neoliberalismo, el terrorismo y las guerras, lo cual nos invita a seguir investigando y analizando sus aportes. Son sus pensamientos, sus ideas y sus planteamientos los que de una manera u otra le dan inmortalidad y vigencia. Inclusive su carácter, su personalidad o su genial locura lo mantienen vivo como precursor de Sartre, Camus o de Jaspers. Queda abierto a ser enriquecido y profundizado.
* Ensayo presentado por Samuel Prado Franco en el Seminario de Filosofía: Fundamentos para la Modelización del Significado en los Lenguajes Naturales, dirigido por el Prof. Dr. Francisco Díaz Montilla para optar por el Título de Licenciado en Humanidades con Especialización en Filosofía, Ética y Valores. Escuela de Filosofía, Ética y Valores. Departamento de Filosofía. Facultad de Humanidades. Universidad de Panamá. 2005.
Notas.
(1) Lo de interdisciplinario obedece a que la obra de Nietzsche aborda temas de interés no sólo para el filósofo, sino también para el psicólogo, el teólogo, el sociólogo, etc.
(2) Echeverri Leonor y Hugo. Diccionario de Filosofía Ilustrado. Panamericana Editorial. Bogota. 2002. Pág. 6. La cursiva es del autor.
(3) Ver por ejemplo los comentarios de Umberto Eco en su Semiótica y Filosofía del Lenguaje. Editorial Lumen. Barcelona. 1995. Págs. 172-175.
(4) Ibíd., Pág. 375. La cursiva es del autor.
(5) Nietzsche Federico. Más Allá del Bien y del Mal. Alianza Editorial. Madrid. 1995. Págs. 154 y 155. La cursiva es del autor.
(6) Sánchez Andrés. Introducción a Más Allá del Bien y del Mal. Alianza Editorial. Madrid. 1995. Pág. 12.
(7) Ver contraportada en Nietzsche Federico. El Gay Saber. Editorial Espasa Calpe. Madrid. 2000. s/f. La cursiva es nuestra.
(8) Ibíd., Págs. 184, 185 y 186. La cursiva es del autor.
(9) Nietzsche Federico. Humano Demasiado Humano. Ediciones Escolares. Madrid. 2002. Págs.167 y 168. La cursiva es del autor.
(10) Nietzsche Federico. El Ocaso de los Ídolos. Edimat Libros. Madrid. s/f. Págs. 63 y 64. La cursiva es del autor.
(11) El término griego (sophia) designó en su uso original cualquier arte u oficio. Posteriormente, con Hesíodo se extiende la significación del término tomando un sentido más teórico; así pues, se denominó sabia a aquella persona que además de saber tenía más experiencia que el común de los hombres; por ello el sabio es llamado también hombre prudente. El ideal antiguo de sabiduría se halla, en consecuencia, basado en la fusión de lo teórico y lo práctico... Echeverri, Leonor y Hugo. Diccionario de Filosofía Ilustrado. Panamericana Editorial. Bogota. 2002. Pág. 499.
(12) Es una de las corrientes filosóficas más características e importantes del siglo XIX, iniciada por Augusto Comte, filósofo francés (1798-1857) quien propugnaba la exaltación de los hechos contra las ideas, resaltar las ciencias experimentales frente a las teóricas, y las leyes físicas y biológicas contra las construcciones metafísicas.
(13) Zoroastro, para los griegos, vivió entre los años 700 a. de c. y 630 a. de c. Cuando tenia treinta años recibió su primera revelación religiosa. Su doctrina fue recogida en diecisiete cantos que forman la parte más antigua del Avesta. La parte más importante del mensaje de Zaratustra es su monoteísmo, que contiene un dualismo: la lucha entre los espíritus del bien y del mal. El zoroastrismo sobrevive hoy en dos pequeñas comunidades: los gabaríes de Irán y los parsis de la India. Diccionario de Filosofía Ilustrado. Panamericana Editorial. Bogota. 2002. Pág. 585. La cursiva es del autor.
(14) Apóstol de los gentiles, quien nació en Tarso, Cicilia (h.10 d. de J.C.—67 d. de J. C.) Su antiguo nombre era Saulo y antes de convertirse persiguió cruelmente a los cristianos. Hallándose camino a Damasco, tuvo una visión de Jesucristo, quien le encargó la predicación del Evangelio (año 34 d. C.). Desde entonces, y después de recibir el bautismo, realizó una intensa labor apostólica por tierras de Asia Menor, Grecia y Roma. Finalmente fue detenido en esta última ciudad durante la persecución de Nerón y decapitado. Su fiesta se celebra el 29 de junio. Varios Autores. Diccionario Enciclopédico Universal Aula. Cultural, Madrid. 1991. s/f.
(15) Nietzsche Federico. El Anticristo. Panamericana Editorial. Bogota. 2001. Págs. 85, 86 y 87. La cursiva es del autor.
Bibliografía.
1- ECO, Umberto. Semiótica y Filosofía del Lenguaje. Editorial Lumen. Barcelona. 1995.
2- ECHEVERRI, Leonor y Hugo. Diccionario de Filosofía Ilustrado. Panamericana Editorial. Bogota. 2002.
3- NIETZSCHE, Federico. Más Allá del Bien y del Mal. Alianza Editorial. Madrid. 1995.
4- NIETZSCHE, Federico. El Gay Saber. Editorial Espasa Calpe. Madrid. 2000.
5- NIETZSCHE, Federico. Humano Demasiado Humano. Ediciones Escolares. Madrid. 2002.
6- NIETZSCHE, Federico. El Ocaso de los Ídolos. Edimat Libros. Madrid. s/f.
7- NIETZSCHE, Federico. El Anticristo. Panamericana Editorial. Bogotá. 2001.
8- VARIOS, Autores. Diccionario Enciclopédico Universal Aula. Cultural. Madrid. 1991.
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