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domingo, 19 de julio de 2009

Artículo: "Aproximación Crítica a la Institucionalidad y las Instituciones Políticas." 22-6-2009.


Artículo: "Aproximación Crítica a la Institucionalidad y las Instituciones Políticas." 22-6-2009.

Por: Samuel Prado Franco.
Lic. en Filosofía, Ética y Valores.
Especialista en Docencia Superior.
Becario de la Maestría en Ciencias Sociales
con Énfasis en Sociología y Ciencia Política
Programa SENACYT-UDELAS.
Contacto: samuelpradof@gmail.com
En este artículo haremos de forma general una aproximación critica a la institucionalidad política panameña y en particular de las relaciones de grupos y elites de poder político y económico con las instituciones y de cómo estas excluyen a grandes grupos de ciudadanos como: trabajadores, campesinos e indígenas no solo de la política sino de la economía. La institucionalidad en singular y las instituciones en plural a partir de la invasión a Panamá por parte de EE.UU. el 20 de diciembre de 1989 han entrado en un periodo de restructuración. El sistema político, el sistema de partidos y el sistema democrático han entrado en un periodo de reformas, pero que no han llenado las expectativas y esperanzas de los ciudadanos. La mera institucionalización de procesos dentro del sistema electoral ha estado monopolizada y hasta manipulada por los partidos políticos que cada vez son más cerrados y menos pluralistas. Las instituciones llamados partidos políticos han excluido por medio de su poder e influencia a través del Código Electoral a candidaturas independientes a puestos de elección popular. El ultimo caso de importancia en este tema fue la candidatura independiente a la presidencia por la libre postulación del profesor universitario y economista Dr. Juan Jovane de Puy quien a pesar de ser favorecido por una sentencia en firme del pleno de la Corte Suprema de Justicia al final no pudo participar en las elecciones porque el Tribunal Electoral había mandado a imprimir las boletas de votación.

El Tribunal Electoral ha llegado hasta la violación de derechos ciudadanos y humanos de panameños con tal de defender la institucionalidad y el orden de las cosas. La alta cifra que impone el Tribunal Electoral para la inscripción de nuevos partidos y el costo que representa para grupos de ciudadanos pobres poder inscribir los mismos impide la participación y la institucionalización de mecanismos y canales para la democratización de la vida política del país. Los grupos de poder e interés político y económico se han consolidado en cúpulas excluyentes, anquilosadas y anti-democráticas dentro de los partidos. Pero, más allá de los procesos anti-democráticos se han institucionalizado formas u opciones de participación democrática de los movimientos sociales y populares que igual que el resto de las instituciones del país habían entrado en un periodo de desgaste, redefinición y recomposición a nivel de sus estructuras dirigentes, de sus programas, principios y valores. En contraste los movimientos sociales y populares se han consolidado a nivel organizativo, logístico, ideológico, discursivo, mediático y practico, mientras los partidos políticos se han desconsolidado como instituciones sujetas de credibilidad, confianza y respeto por parte de los ciudadanos.

En la actualidad la institucionalidad política ha entrado en un periodo de crisis. No solo por su incumplimiento de las promesas de democratización de la vida política del país, de mayor equidad social, de ampliar las oportunidades de empleo y bienestar y de mejores servicios básicos como agua y recolección de basura, sino en su desgaste como elite y grupo dirigente del país. La desideologización de los partidos, las pugnas personalistas internas, el pobre discurso, los programas vaciados de contenido y las mentiras de campaña cada día destruyen la frágil institucionalidad política. Esto abre la posibilidad a futuro a un caos o anarquía, ya que no hay un grupo o movimiento que pueda asumir la dirigencia desgastada y lamentablemente abrió la entrada al escenario de actores populistas de derechas (caso del Partido Cambio Democrático y el Sr. Ricardo Martinelli). Aunque seria inapropiado y aventurero afirmar que nos encontramos en un periodo de crisis total o de ruptura, pero si podemos afirmar que nos encontramos en un periodo de franco y abierto deterioro y descrédito de las instituciones políticas, de sus actores y protagonistas que están envueltos en actos de corrupción, nepotismo y deshonestidad. La frágil institucionalidad política impide no solo el desarrollo de la democracia a nivel formal, procedimental y electoral, sino a nivel participativo y social y crea apatía e indeferencia de los ciudadanos que ven en la política y en los políticos a personas incorrectas y malas.

Que instituciones frágiles pueden proteger los derechos de los ciudadanos frente al abuso de poder de políticos y empresarios al igual que de las estructuras que durante décadas estos grupos y elites han permitido como creadoras de desigualdades económicas y sociales. Sin instituciones sólidas, competentes, transparentes y al servicio de los ciudadanos no se podrá lograr una democracia plena donde sea el respeto a la ley y el derecho, la búsqueda del bien común, la igualdad, la solidaridad y la libertad los principales asuntos de la comunidad panameña. La institucionalidad política debe estar al servicio de la patria, del bienestar y progreso de la comunidad y no de intereses minoritarios, egoístas y mezquinos de grupos y elites políticas y económicas. En Panamá se han institucionalizado dentro del gobierno, la empresa privada y la cotidianeidad practicas, valores, principios y formas de actuar y pensar que eran informales anteriormente y que ahora tienen el nivel de formales y que son el juega vivo, la coima, el amiguismo, el oportunismo, el clientelismo político-electoral y el trafico de influencias sumado al descrédito de los políticos han creado una crisis de la vida institucional. Algunos ejemplos específicos son: las coimas para la agilización de tramites burocráticos en el gobierno; el cobro de los aseadores municipales para la recolección de la basura y el cobro de los denominados “chequeadores” a los transportistas de una cuota para informar que buses van mas adelante o atrás con respecto a otros. Esta institucionalidad que podemos considerar “negativa” es la que se ha convertido en parte de la institucionalidad formal que socialmente es reconocida y respetada. Afirmamos que es una institucionalidad “negativa” por dos grandes razones: la duplicación de funciones dentro del aparato gubernamental y por ser un foco de corrupción generalizada.

Frente a esto la ciudadanía lo ha aceptado de forma acritica en muchos casos y de forma critica o contestaría en el menor de los casos. De forma acritica porque se aceptan que estas conductas negativas son correctas y deseables, mientras de forma crítica o contestaría porque son catalogadas como incorrectas, indeseables e inaceptables. Los ciudadanos críticos luchan contra dichas prácticas poniendo quejas y denuncias a las autoridades competentes de la materia y en los medios de comunicación social. La institucionalidad “negativa” se ha consolidado y desarrollado de forma general y en particular rivaliza en algunos casos con instituciones positivas y formales (Policías y Autoridades de Transito con respecto a los “chequeadores” en el sistema de transporte publico). Muchos ciudadanos son victimas de funcionarios deshonestos que piden a cambio de facilitar trámites burocráticos alguna coima y viceversa como ciudadanos deshonestos están dispuestos a dar coimas. Estas instituciones “negativas” son contrarias a la legalidad y legitimidad política del Estado y distorsionan y frenan el desarrollo institucional y de la comunidad. Este es un grave y profundo problema que afecta y mina el sistema democrático.

Dentro de la Institucionalidad, los grupos y elites políticas y económicas de derechas son las que tienen el poder y la autoridad que ejercen a través de un orden de dominación y explotación por medio de instituciones formales (Estado) y que reproducen por medio de las escuelas, iglesias y medios de comunicación social masivos en contra de la comunidad de ciudadanos (trabajadores, campesinos, profesionales, desempleados, indígenas, estudiantes, entre otros). La comunidad de ciudadanos a través de los movimientos y organizaciones sociales y populares o de partidos democráticos, progresistas y de izquierdas, proponen una alternativa política, económica, social y cultural a la institucionalidad vigente que se expresa no solo en las luchas callejeras, marchas, protestas y denuncias, sino como propuestas y programas políticos, técnicos y medios alternativos de comunicación en las distintas coyunturas y problemas nacionales e internacionales. La Institucionalidad se alimenta a través de los insumos o productos que los actores (elites políticas y económicas y comunidad de ciudadanos) participantes brindan ya sean normas, reglas, procedimientos, valores, principios, tradiciones, costumbres, propuestas, programas, demandas, entre otros. Las instituciones formales representan en líneas generales los intereses de las elites políticas y económicas y son las salvaguardas del orden de dominación y explotación contra la comunidad de ciudadanos.

Pasamos a señalar luego de hacer nuestro análisis de que es la institucionalidad, las instituciones y sus relaciones, algunas definiciones de institucionalidad e instituciones de distintos autores y corrientes políticas e ideológicas distintas. Desde una definición de un Índice de Calidad Institucional Liberal, la definición de un Informe Nacional de Desarrollo Humano, pasando por una definición de un Diccionario Marxista Clásico y hasta una definición Neoinstitucionalista Sociológica, para hacer el contraste, comparación y crítica de las mismas:

“Llamamos “instituciones” a las normas que nos permiten coordinar las acciones de los individuos en la sociedad, las que nos dan previsibilidad respecto a las acciones de los demás”. Martín Krause. Índice de Calidad Institucional 2009. International Policy Network. IPN.

Define Instituciones como: “Las reglas del juego, formales y no formales, que caracterizan la interacción entre las personas en la sociedad mediante diversos incentivos y restricciones, las cuales son decisivas para el nivel de desarrollo económico, social y político que alcance una nación en aras de ampliar las oportunidades y las opciones de las actuales y futuras generaciones”. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD. III Informe Nacional de Desarrollo Humano de Panamá 2007-2008.

“Instituciones Sociales (del latín institutum, organización, establecimiento) Formas históricas de organización y regulación de la vida social. Las instituciones sociales ordenan las relaciones entre los hombres, su actividad y conducta en la sociedad. Existen instituciones económicas, políticas e ideológicas en dependencia de la esfera de las relaciones que regulan. Entre las económicas ocupan un lugar central la división del trabajo, la propiedad y el salario. Las instituciones políticas más importantes son el estado, el ejército, los tribunales y los partidos. A las ideológicas pertenecen la prensa, la televisión, etc.” Varios Autores. Diccionario Marxista de Filosofía. 1972.

“Las instituciones, en un sentido amplio, son las reglas, normas, costumbres de operación del sistema; son al mismo tiempo las redes que sirven para enlazar y encauzar institucionalmente las relaciones de intercambio económico, social y político entre los subsistemas o distintos componentes del sistema.” Luis Carlos Herrera. Neoinstitucionalismo Sociológico, Fuerte Instrumento de Análisis. Cuadernos Nacionales. IDEN. 2008.

Hemos querido brindar distintas definiciones de institucionalidad e instituciones con el objeto de señalar la riqueza, variedad y profundidad que existe en este debate. En primer lugar, podemos señalar a grandes rasgos que entre unas y otras definiciones existen grandes similitudes o diferencias. En segundo lugar, en cuanto a la definición que nos brinda el economista argentino Martín Krause y el sociólogo panameño Luis Herrera existen grandes similitudes versus las grandes diferencias con respecto a la definición del diccionario marxista. Es importante rescatar en la definición marxista que inicia con el origen etimológico de la palabra institución ubicándonos en el contexto donde surge la misma, el mundo romano. En tercer lugar, hay dos conceptos que se repiten en tres de las cuatro definiciones dadas sobre instituciones (Índice de Calidad Institucional, Índice de Desarrollo Humano y Neoinstitucionalismo): “normas” y “reglas”. Nos atrevemos a dar una definición de institución, tomando en cuenta los elementos principales de las definiciones señaladas anteriormente y algunos propios: “Las instituciones son formas históricas de organización, que por medio de las reglas, normas, valores e intercambios se convierten en fuerzas generadoras de acción trasnformadora y esperanzadora”. No podemos dejar pasar por alto que todas las definiciones señaladas unas más que otras tienen su carga política e ideológica presente y esto va ligado directamente a la concepción del hombre, del mundo y la sociedad que tienen como sustrato y fundamento.

Para concluir este articulo, la institucionalidad y las instituciones tendrán una credibilidad, existencia y vigencia en el tiempo y el espacio si las reglas, normas y valores que las componen al igual que los miembros y actores de las mismas las respeten y sean respetadas por todos (aunque esto no significa de ninguna manera una obediencia ciega o un servilismo), que estén acorde al sistema democrático participativo y de los intereses de los ciudadanos y no de grupos y elites políticas y económicas minoritarias. En el caso panameño, la institucionalidad y las instituciones que tenemos y tuvimos en gran medida fueron ideadas, construidas y desarrolladas en los primeros 50 años de vida republicana e independiente por los gobiernos, lideres y partidos liberales y conservadores, que con sus diferencias de fondo y forma en lo político e ideológico, vieron en la carencia, anemia e inexistencia de las mismas en algunos casos un grave problema para nuestro desarrollo autónomo e integral. Fue una reflexión, preocupación y acción llena de muchos desvelos, profundos anhelos y luchas incesantes para que se edificara la institucionalidad panameña.

1 comentario:

  1. Te felicito por excelente artículo, el mismo introduce un debate poco conocido en Panamá.

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