Artículo:
Trump, el Canal de Panamá y la Soberanía Nacional. 13-2-2025.
Por: Samuel Antonio
Prado Franco
Profesor e
Investigador en Filosofía y Ciencia Política
Instituto de
Investigaciones Históricas
Universidad
de Panamá
Iniciare este artículo con un pensamiento del ilustre teórico de la nacionalidad panameña, Dr. Justo Arosemena: “Tal es la raza materialista, raza de salteadores de naciones, que puebla la parte septentrional de América, y que amenaza en estos momentos las nacionalidades latinas y el porvenir del comercio mundial. Es de esta raza de civilizadores del rifle y mostrador que necesitamos defendernos. Es contra el filibusterismo yankee que no es forzoso combatir y ¡ay de nosotros si abandonamos el terreno en los momentos del peligro!” Tomado de El Americanista, publicado en el Neogranadino del 15 al 29 de julio de 1856.
Desde su campaña electoral hasta asumir la presidencia
Donald Trump evocando la política del Big Stick, del Gran Garrote del
Presidente Theodore “Teddy” Roosevelt y del Destino Manifiesto de James Monroe
ha demandado al gobierno panameño el control del Canal de Panamá a manos estadounidenses
y la expulsión china de los dos principales puertos del país, tanto en el
Atlántico como en el Pacífico. Ni la Política del Buen Vecino del Presidente Franklin
Delano Roosevelt o de la Alianza para el Progreso del Presidente John
Fitzgerald Kennedy serán tomados en cuenta por el nuevo inquilino de la Casa
Blanca.
Trump quiere recuperar con extorsión, manipulación, chantaje o fuerza, lo que denominan su patio trasero, su mare nostrum al estilo romano, su mar nuestro. Esta política neocolonial de viejo cuño inspirada en una forma revisitada del filibusterismo de William Walker ha sido comunicada en un reciente viaje por el nuevo Secretario de Estado Marco Rubio. A través de una campaña mediática desinformativa, Trump y congresistas republicanos como Ted Cruz han lanzado toda una serie de mentiras, desde el control y la presencia militar china en el Canal de Panamá, el pago excesivo de peaje por cada tránsito que realiza una embarcación norteamericana o la violación del Tratado de Neutralidad Permanente por parte de Panamá.
Trump inclusive ha mentido al afirmar que todos los
que murieron con la construcción del Canal fueron estadounidenses, negando
otras nacionalidades y pueblos, como afrocaribeños, europeos, asiáticos o
latinoamericanos. Esta terapia de shock, de miedo y odio ejercida contra
nuestro país, de difamación internacional y violatoria a nuestra soberanía
nacional e integridad territorial ha escalado a otros niveles, incluyendo
desvincularnos de otros países.
Desde la original respuesta, primero tibia y luego más
enérgica del Gobierno de Panamá y la Autoridad del Canal, el gobierno panameño
acabó cediendo posiciones tras recibir al Secretario Rubio, considerando, entre
otras medidas, no renovar el Memorando de Entendimiento sobre la Cooperación de China en la Iniciativa de la Franja y la Ruta, e
inclusive la posibilidad de disminuir o eliminar el pago de peajes a barcos de
guerra norteamericanos.
El estrés nacional causado por estas acciones
unilaterales del gobierno estadounidense continúan. La cancelación a última de
una posible llamada de Donald Trump, al Presidente José Raúl Mulino es una muestra
fehaciente de la actitud arrogante y despreciativa a Panamá y de no querer una
solución diplomática. La soberanía panameña sobre el canal y su territorio son
incuestionables. No cabe la renegociación y mucho menos la devolución del Canal
a control estadounidense. No se trata de la imposición del más fuerte que nos
llevaría a una lucha de tipo David contra Goliat.
El canal y la región, Nuestra América son una cuestión
de seguridad hemisférica y el propósito del gobierno estadounidense es
contrarrestar cualquier influencia de China, Rusia, Irán
o los BRICS en la región.
Panamá como cualquier
nación del mundo busca la paz, prosperidad y desarrollo sin excluir a ningún
país. Los tiempos del coloniaje y el vasallaje son parte de una historia pasada
y dolorosa. Nuestra independencia fruto de la lucha generacional, del
sacrificio y el martirio no serán olvidadas ni tranzadas por el apetito voraz
de un Presidente sin escrúpulos, megalómano y egocéntrico que desprecia nuestra
soberanía y libertad.
Cierro este artículo con las siguientes palabras del
Dr. Justo Arosemena: “Ser o no ser es la cuestión; ser o no ser como pueblo
independiente, con sus leyes y sus costumbres propias; ser o no ser dueños de esa porción de terreno que
nuestros padres nos legaron”. Tomado de “Alerta istmeños”, publicado en El
Panameño, el 17 de noviembre de 1850.
Publicado por la Agencia de Noticias Xinhua de la República Popular China, entrar en el siguiente enlace:
https://spanish.xinhuanet.com/20250212/e9bb2cd884eb403496a0b10043635e97/c.html
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