Ensayo: La Universidad de Panamá: Pilar de la Educación Superior y de la Transformación Social (1935-2025) a sus 90 Años de Fundación.
Por: Samuel Antonio Prado Franco, Doctorando en Humanidades y Ciencias Sociales, Facultad de Humanidades, Universidad de Panamá.
Palabras Preliminares.
“La Universidad Cultural es el
embrión de una universidad liberal y libre, en que el aspecto de la cultura
ha de predominar sobre el puramente profesional, de una universidad que ha de
ser realmente universal en sus actividades y no tendrá el monopolio y el
privilegio antidemocrático e injusto de los títulos profesionales, pues hará de
la educación un ejercicio social más elevado que la mera función de preparar
para una carrera profesional”.
Dr. Octavio Méndez Pereira (1924-1925) La Universidad Americana y La
Universidad Bolivariana de Panamá. El subrayado es nuestro.
Iniciamos este ensayo con estas palabras
del Maestro de la Juventud Panameña, Dr. Octavio Méndez Pereira, ya que a
través de su pensamiento político y educativo estuvo muy presente el concepto
cultura, que también ha sido de mucho interés para el profesor e investigador del
pensamiento martiano, el panameño Dr. Guillermo Castro Herrera, quien en su
libro: Política y Cultura en Nuestra América 1880-1930 plantea iniciando lo
siguiente: “El problema que interesa a este trabajo es el de las condiciones
que permiten a ciertas ideas convertirse en fuerzas “materiales” capaces de
influir en el curso de la historia de una sociedad determinada.”
Es precisamente el programa, la
filosofía, la ideología, el ideario, las ideas liberales que enarboló durante
toda su vida pública, política y académica, el Dr. Octavio Méndez Pereira, las
que materializadas como fuerzas vivas se convirtieron en un factor de cambio en
el ascenso y movilización de miles de panameños y panameñas, que a través del
estudio se convirtieron no solo en profesionales, sino personas cultas y libres,
igualmente la lucha por la eliminación del enclave colonial canalero, la
soberanía nacional y la integridad territorial del país.
De la universidad colonial, hispánica y escolástica, pasando por la Facultad Nacional
de Derecho (1918), la Escuela Libre de Derecho (1933) y la Universidad Popular
de Acción Comunal, llegamos al Decreto No. 29 de 29 de mayo de 1935 que
materializa el sueño, la idea, la visión renovadora y progresista de la
Universidad Bolivariana de 1926 que tuvo el Maestro de la Juventud Panameña Dr.
Octavio Méndez Pereira, aspiración que no solo tuvo nuestro gestor, fundador y
primer Rector, sino esa generación de hombres y mujeres que veían en la
educación no solo una forma de profesionalizarse, sino y más importante ser
cultos y como diría el Apóstol de Cuba y Nuestra América José Julián Martí
Pérez, “ser culto es el único modo de ser libre” (Tomado de Maestros
Ambulantes, Nueva York, EE.UU., mayo de 1884).
José Dolores Moscote abogado
constitucionalista, político liberal, profesor, Cofundador de nuestra primera
casa de estudios superiores, Decano General y primer Decano de la Facultad de
Derecho y Ciencias Políticas, José Daniel Crespo Peña educador, político
liberal y Ministro de Educación, Clara González
abogada feminista, Elida Campodónico educadora y abogada feminista, entre
tantos otros, son parte de esa noble generación que lucho por una educación
humanista, laica, crítica y científica. En sus aulas se forman y se han
formado, nuestros médicos, científicos, ingenieros, arquitectos, abogados,
profesores y humanistas, las personas que se han convertidos en profesionales y
ciudadanos, siendo la columna vertebral del desarrollo político, económico,
social y cultural del país, de la cual han egresado entre 1939 a 2023, 287, 729
personas, según la página web de la institución. La Universidad de Panamá, la
que en breve tiempo fue llamada Interamericana, la Nacional como también se le
conoce popularmente fue el baluarte de las luchas y movimientos estudiantiles,
juveniles, sociales, populares, patrióticas, nacionalistas y democráticas.
En cuanto al Dr. José Daniel Crespo, sus
aportes al desarrollo y consolidación institucional de nuestra primera casa de
estudios superiores es fundamental y se refleja en el impulso que le da a la
Ley No. 48 de 24 de septiembre de 1946 que establece la autonomía universitaria,
aquella heredera de la Reforma Córdoba de Argentina y la asignación de los
terrenos del Cangrejo, Tapia y Monte Oscuro para la actual ciudad universitaria,
siendo Ministro de Educación y Presidente de la República Enrique Adolfo Jiménez
Brid. Consideramos que aun no se ha reconocido los aportes del Maestro Crespo
con respecto a la consolidación de la Universidad de Panamá.
De esa generación institutora de 1964,
la Universidad de Panamá homenajeo con el Premio Universidad 2024, al Dr. César
Villarreal profesor emérito y distinguido científico quien lucho por izar
nuestro pabellón nacional y la dignidad de toda una nación, libre del enclave
colonial canalero, aquel inolvidable 9 de enero. La Casa de Méndez Pereira ha
sido centro del debate nacional y en su paraninfo se han debatido los grandes
problemas nacionales y sociales, como por ejemplo hace unas semanas el tema de
la reforma a la seguridad social o la minería.
Esta institución tiene una
particularidad, una singularidad. No es solo un complejo de edificios, oficinas,
calles, bustos o monumentos, es un espacio histórico, de cultura, arte,
literatura, música, de tolerancia y reflexión. Su espíritu es universal, su
cuerpo docente ha sido lo más granado de la intelectualidad panameña,
conformado tanto por nacionales como por extranjeros, que perseguidos por sus
posiciones políticas e ideológicas o por el deseo de compartir sus
conocimientos, talentos e investigaciones, llegaron a estas tierras istmeñas
donde fueron acogidos e integrados. Sigamos, pues el significado del monumento
Hacia la Luz, al ser humano que busca conocimiento y sabiduría. Hoy nos
enfrentamos a retos y desafíos importantes, la creciente matricula, la
regeneración natural del claustro docente que se retira, de críticas internas y
externas necesarias y pertinentes y otras no también intencionadas.
Nuestra mejor arma es y será el
conocimiento, no aquel que tiene la figura del opinologo/a, del demagogo/a o el
profeta, sino del científico y humanista crítico, acucioso, disciplinado y
comprometido. Hoy más que nunca la ética, la transparencia y la decencia deben
ser nuestro modo de conducta permanente. Es importante hacer un llamado a los
colegas docentes de seguir actualizándonos y mantener nuestros conocimientos lo
más vigentes posibles.
A los estudiantes, entre los que me cuento, también a buscar, escudriñar e investigar siempre y los/as compañeros/as trabajadores/as a seguir haciendo el trabajo diario con eficiencia, calidad y pertinencia. Nuestra institución debe abogar por la paz con justicia para el mundo, sin guerras, ni invasiones, ni genocidios, por la vida, por el amor, frente a la delicada situación geopolítica mundial, donde es posible hasta una conflagración nuclear.
A continuación, hemos recopilado una
serie de pensamientos del Dr. Méndez Pereira, que nos indican el importante
papel que jugo la cultura, en su quehacer político, educativo y partidista, a
lo largo de su vida:
“Lo he creído con fe inquebrantable, en
las naciones débiles y pequeñas como la nuestra, sobre las cuales se ciernen
los nubarrones del imperialismo, cultura general, ciencia e
investigación significan, más que ninguna otra, autonomía, personalidad y
libertad efectivas. Por eso consideré siempre una obra del más elevado
patriotismo la creación y formación de nuestra Universidad. Ella constituirá,
por derecho propio –ya lo había dicho antes- por su suficiencia y por
solidaridad internacional en la cultura, el más avanzado vigía de
nuestro pueblo y el más fuerte, consciente y eficaz de nuestro destino”. Dr. Octavio Méndez Pereira (1935)
Discurso de Inauguración de la Universidad de Panamá. El subrayado es nuestro.
Sin ser antiimperialista o antinorteamericano, el Dr. Méndez Pereira, así como lo contemplo un Justo Arosemena, en el siglo XIX, analizaron con preocupación el expansionismo e intervencionismo de la nueva potencia mundial, sobre todo en Centroamérica, primero con el filibusterismo en Nicaragua y que, sin lugar a dudas, quería convertir a Nuestra América en una zona de su influencia, dominio y hegemonía, así como el mar Mediterráneo fue para los romanos, el mar caribe se convertiría en su Mare Nostrum, su mar nuestro. La construcción del ferrocarril transístmico en 1855 y la construcción del canal, inaugurado en 1914, igualmente la zona del canal como área de defensa del mismo nos convirtieron en la práctica en un protectorado o neocolonia, inclusive con el nefasto Tratado Hay-Bunau Varilla de 1903 y con la posición entreguista de varios gobiernos panameños que solicitaban la intervención política, electoral y militar, invocando el artículo 136 de la Constitución de 1904, la llamada enmienda Platt versión panameña, que autorizaba a los EE.UU. el derecho de intervenir en caso de desorden público.
No hay que olvidar que la zona estaba
bajo la jurisdicción política, gubernamental, judicial e institucional por
parte de EE.UU. Un país dentro de nuestro país, con sus leyes, costumbres,
fiestas, idioma, sistema educativo, de salud, vivienda y trabajo, que excluía
al pueblo panameño en términos generales, un paraíso verde, exótico y tropical
para los norteamericanos que tenían amplias ventajas en vivir y trabajar en
dicha zona.
“Yo he señalado ya en otras ocasiones
como el ideal a que debe tener una institución nueva como la nuestra, la
universidad cultural educadora y libre, sin claustros cerrados, ni
divisiones artificiales, ni menosprecio por las actividades prácticas, donde
todas las disciplinas naturales, sociales y económicas sean experimentales,
críticas, incesantemente perfectibles, donde todas las ideas, todos los
sistemas y todas las filosofías puedan ser discutidas y sometidas a
investigación y examen, donde no se pretenda formar un centro burocrático,
fábrica de títulos y vivero de profesiones, tan limitadas como un oficio
manual; donde se cultive al contrario, la facultad constructiva, donde se
eduque y se emancipe y donde se desenvuelvan las energías latentes del
carácter; donde se estimulen la mente creadora y la acción; donde se enseñe a
obrar y pensar por sí mismo para la labor común y el bienestar social, saturado
el espíritu de sacrificio y abnegación donde, en fin se tenga bien en cuenta
que el centro de donde se debe partir y a donde se debe llegar en toda
enseñanza es el estudiante, el más interesado en todos los factores del
problema educativo”.
Dr. Octavio Méndez Pereira (1935) Discurso de Inauguración de la Universidad de
Panamá. El subrayado es nuestro.
“Sobre la ancha base de la independencia
social la persona culta tiene el deber de incluir en su acervo todas las
riquezas espirituales a su alcance para ponerlas al servicio de la
colectividad”. Dr.
Octavio Méndez Pereira (1935) Discurso de Inauguración de la Universidad de
Panamá. El subrayado es nuestro.
“¿Y dónde encontraría el hombre del
campo, el hombre de la ciudad esa cultura que haría el milagro de
redimirlo? Nace nuestra universidad abierta a todas las ideas con fines
esencialmente culturales, sin tradiciones que atan y sin vicios que es
difícil desarraigar, llena de idealismo vital como poder espiritual y como
poder práctico, con el pie puesto en las realidades, en la línea de encuentro
de dos civilizaciones en donde ha de fundirse una nacionalidad de compleja
estructura, acaso una democracia nueva, producto de las más intensas
germinaciones de tolerancias y comprensiones.” Dr. Octavio Méndez Pereira (1936)
Revista Universidad No. 1. El subrayado es nuestro.
“La Universidad debe ser no sólo una ciudad de edificios construidos de acuerdo con un moderno plan arquitectónico, sino más que todo, un núcleo revolucionario de cultura, con sentido nacional y sentido universal, con poder de atracción constante para el pueblo, fuente constante, también, de integración social y de germinaciones fructíferas en el porvenir”. Dr. Octavio Méndez Pereira. El subrayado es nuestro. Estas palabras son pertinentes frente a la propuesta del órgano ejecutivo del actual gobierno que preside el Licenciado José Raúl Mulino, que quiere mudar por completo la ciudad universitaria, sin tener la seguridad en que terrenos, desvinculándonos de un lugar céntrico de la capital, con acceso al transporte público masivo, buses, metro, taxis, restaurantes, farmacias, copiadoras, comercios y que se ha convertido en un motor económico de sus áreas circundantes y de la vida social y cultural de la zonas de Bella Vista, El Cangrejo, Vía Argentina, Vía España, entre otras.
“Jóvenes estudiantes que me oís, sólo la
seguridad y la fe en que es la cultura, una cultura así
comprendida, lo único capaz de salvar la dignidad del hombre y salvar los
principios democráticos, puede crear en las masas estudiantiles la emoción y el
orgullo de formar parte de una universidad, puede darle firmeza a una juventud
en marcha y a una nación joven que finca en ella su porvenir”. Dr. Octavio Méndez Pereira. El subrayado es nuestro.
Con las citas anteriores queda
demostrado la importancia de la educación y la cultura en el pensamiento y
acción del Dr. Méndez Pereira, que, a lo largo de su vida política y pública,
ocupo los más importantes cargos dentro del sistema educativo nacional, desde
Rector del Instituto Nacional y la Universidad de Panamá hasta Secretario de
Instrucción Pública.
Según el Maestro Guillermo Castro,
define como: “cultura al conjunto de los temas (esto es, problemas
socialmente dignos de atención) a través de los cuales esta herencia se hace
presente en la vida cotidiana.” El subrayado es nuestro. Cultura que proviene del latín, cultura, cultivo, elaboración y es
el conjunto de todos los aspectos de la actividad transformadora de los seres
humanos y la sociedad, así como de los resultados de esta actividad.
La siguiente cita del Maestro Castro,
sintetiza nuestro pensar, planteado en nuestra tesis de Maestría en Ciencias
Sociales con Énfasis en Sociología y Ciencia Política: Educación Liberal y
Educación Conservadora en Panamá. Una Aproximación
Crítica 1903-1953, sustentada en la Universidad Especializada de las
Américas UDELAS donde señalamos que educación y por ende cultura, no se pueden
deslindar de lo político e ideológico en los proyectos, tanto liberal como
conservador. Aunque ambas tenían sus diferencias conceptuales y prácticas,
coincidieron en el desarrollo de la educación y la cultura nacional, como
piedra angular en la construcción de un sólido y robusto Estado-nación.
La construcción de un Estado-nación,
tiene como elemento primordial, la educación, la salud, la vivienda o el
trabajo. A continuación, la cita: “En este sentido, se hace posible plantear
como hipótesis de trabajo la de que la cultura constituye la condición dada para el desarrollo de cualquier ideología pero
que, al propio tiempo, esa cultura sólo tiene existencia visible a
través de practicas sociales organizadas en torno a los valores inherentes a
ideologías específicas.” El subrayado es nuestro.
En la misma línea se encuentra el autor
Zygmunt Bauman, que afirma en su libro: La Cultura en el Mundo de la Modernidad
Liquida lo siguiente: “El proyecto de ilustración otorgaba a la cultura
(entendida como actividad semejante al cultivo de la tierra) el estatus de
herramienta básica para la construcción de una nación, un Estado y un Estado
nación, a la vez que confiaba esa herramienta a las manos de la clase
instruida.” El subrayado es nuestro.
En otro escrito titulado: Masas, Clases,
Élites: La Semiótica y la Reimaginación de la Función Sociológica de la
Cultura, cuyo autor también es Zygmunt Bauman, plantea lo siguiente: “La cultura
es la creación de las experiencias acumuladas de los procesos vitales de muchas
generaciones, y al mismo tiempo <<sirve>> a esos procesos.” El
subrayado es nuestro.
Quiero concluir este ensayo con unas
palabras del Dr. Octavio Méndez Pereira: “Yo he querido, desde que la concebí, y lo he dicho
repetidas veces, que la Universidad de Panamá llegue a ser esto, la casa de la cultura
del pueblo, la antena de sus afanes, dolores, alegrías y esperanzas, la fragua
encendida de nuestro destino, el centro de estudios de los problemas panameños,
la atalaya y la fortaleza de nuestras libertades, la fuente de rebeldías sanas
y de serenidad espiritual de los jóvenes que, por una recia contextura moral e
intelectual, pueden emprender la obra de nuestra regeneración.” El
subrayado es nuestro. La Universidad de Panamá se enfrenta a grandes y
múltiples retos y desafíos, una mayor población estudiantil, el acceso a la
tecnología, a un internet de mayor cobertura y calidad, de clases más dinámicas
e interactivas y de aulas y edificios en mejor estado. Conocer nuestro pasado
es un faro que puede iluminar y guiar a los universitarios en su permanente
afán de renovación y cambio.
Por considerar de sumo interés para
conocer al intelectual que estuvo detrás de la fundación de la Universidad de
Panamá, incluimos esta breve biografía de nuestra autoría del Dr. Octavio
Méndez Pereira:
El Dr. Octavio Méndez Pereira “Maestro de
Ocupó importantes cargos entre los que se destacan: Secretario de
Instrucción Pública; Rector del Instituto Nacional y
Fundó revistas y colaboró
hasta los últimos días de su vida en las más destacadas del país, entre las que
se cuentan: la “Revista de Instrucción Pública” (1912-1916); la “Revista Nueva”
(1916-1919); la “Revista Escolar” (1917-1918); “Estudios” (1922-1934); “El
Educador” (1925-1926); “Alas” de
Destaca como crítico
literario en escritos como: “Hombres de
Letras: Galdós y García Calderón; “Ante
Escribió una extensa y
profunda biografía sobre el Dr. Justo Arosemena Quesada, a la que se suman los
siguientes libros y escritos históricos: “El
Canal de Panamá” (este libro es una completa historia de la obra del Canal
de Panamá que a manera de monumento está grabada en piedra en
Por este lado, sus ideas,
preocupaciones y acciones por la educación y la formación cívica de la niñez y
la juventud y el desenvolvimiento y desarrollo de la instrucción pública en el
país lo motivan a escribir: “Elementos de
Instrucción Cívica” y la “Historia de la Instrucción Pública en Panamá”
(Considerado el primer intento serio de un estudio histórico y analítico de la
Instrucción Pública en Panamá). Las
memorias que escribió cuando fue Secretario de Instrucción Pública, contienen
sus principales obras administrativas como: la
fundación de
Fue un liberal, reformador,
demócrata, republicano, humanista, cristiano católico, ecologista, patriota,
nacionalista, latinoamericanista, internacionalista y pacifista.
Fundó escuelas y bibliotecas; creó