Artículo: Sobre
el Estado Laico y la Educación Integral en Sexualidad. 9-7-2020.
Por: Samuel
Prado Franco.
Profesor e
Investigador en Filosofía y Ciencia Política.
Como profesor e investigador, uno de los temas que más he
escrito e investigado es sobre Educación Liberal y Conservadora en Panamá. Se sorprenderán
que salvo algunos libros, ensayos y artículos, donde se aborda el tema, casi
todos lo hagan de forma parcial y dispersa, no existiendo una investigación sistemática
y orgánica del tema. Para comprender el hoy, hay que comprender el pasado. En
estos momentos como ya sucedió antes, el tema ha sido abordado de forma ahistórica,
descontextualizada y con pasionismos, puritanismos y extremismos.
A inicios de la vida republicana (de 1903 en adelante) en
Panamá se genero un rico y profundo debate (en estos tiempos casi olvidado)
entre liberales (muchos masones) y conservadores (muchos cristianos católicos)
sobre Estado Laico y Coeducación o la educación mixta (hombres y mujeres). Pese
a que liberales lograron la coeducación primero de forma parcial y experimental
en algunas escuelas y colegios y luego de forma general, las escuelas y
colegios cristianos católicos mantuvieron durante mucho tiempo la separación de
hombres y mujeres, hoy prácticamente desaparecida como práctica.
En cambio el Estado Laico, o la llamada separación de
Iglesia y Estado, donde se respete la libertad de culto o de profesar una religión,
fe o creencia al igual que no tenerla o practicarla (agnosticismo o ateísmo) no
se logro. Han pasado 4 constituciones (1904-1941-1946 y 1972) y varias
modificaciones constitucionales y se mantiene el reconocimiento por parte del
Estado de la primacía de la religión católica como: "la mayoritaria de los/as
panameños/as".
En tiempos como los actuales, donde somos herederos/as de
la ilustración, de la revolución francesa y sus valores e ideales, resulta anacrónico
que un Estado como el panameño no haya cumplido dicha tarea. Vale la pena
recordar que el liberalismo panameño tanto política como ideológicamente se
conservatizo y dicha tarea nos toca cumplirla a nosotros/as. Ahora bien hay que
tener cuidado con el abordaje y aplicación de un Estado Laico. Como mencione al
inicio, fanatismo y extremismo no solo es el religioso, hay también el político
que inclusive disfrazado de progresista y humanista tiene una fuerte carga ideológica
reaccionaria.
Laicidad no es sinónimo de destrucción o eliminación de
la religión o de plantear como origen de todos los males y problemas de la
humanidad a la religión. Laicidad bien entendida es que ninguna religión, fe o
creencia tiene primacía, ni debe gozar de privilegios, prebendas o canonjías
por encima de cualquier persona o institución. Y que cualquier institución de carácter
público o privado no discrimine a un ser humano por motivo de tener o profesar
alguna religión, fe o creencia, o de no tenerla o profesarla.
En cuanto a la educación integral en sexualidad y la educación
en un Estado Laico debe ser pública, gratuita, crítica, humanista y científica
donde escuelas y colegios públicos o particulares mantengan unos programas y currículos
de acuerdo a la constitución, leyes, decretos, resueltos, acuerdos, normas y disposiciones
del Ministerio de Educación respetando y no discriminando a nadie a razón de su
creencia o no creencia. Las escuelas o colegios particulares de carácter
religioso pueden tener un enfoque ecuménico y de dialogo interreligioso donde se
respeten y toleren todas las religiones al igual que los que no las tienen.
La familia no es la única institución que educa. Por lo
tanto, el Estado constitucional y legalmente debe velar por la educación y formación
de los/as estudiantes, que en un futuro cercano serán ciudadanos/as en pleno goce
de derechos y deberes. Ninguna institución religiosa puede tener en un Estado
Laico moderno la hegemonía de la educación. Igual que sindicatos, gremios,
partidos o sociedad civil, las iglesias tienen que aportar a la educación, pero
no son las únicas. Más allá de la ley o de las guías urge, un profundo, sano,
serio, responsable y tolerante debate de ideas y propuestas en torno a la educación,
donde estudiantes, profesores/as, administrativos/as, padres y madres de
familia, tutores, autoridades, actores de la comunidad educativa sean los/as
participes. Falta un Estado Laico moderno, tarea que será parte de una asamblea
constituyente originaria donde el pueblo sea el sujeto y protagonista.
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